martes, 14 de enero de 2020

Sólido consenso social apoya al Gobierno sandinista a 2 años de las elecciones de 2021


Por Jorge Capelán
managuaconamor.blogspot.com

Nicaragua está superando los acontecimientos del 2018 y ha retomado el camino correcto, es la opinión de 6 de cada 10 nicaragüenses según la encuesta SISMO LXI de la firma M&R dada a conocer esta semana.

Según el estudio SISMO LXI del último cuatrimestre de 2019, embargado hasta el lunes 13 de enero de 2020 sobre una muestra de 1,600 encuestas realizadas a nicaragüenses de 16 años y más de todo el país y con un margen de error de +/- 2.5%, es muy difícil que la dividida y desprestigiada oposición criolla logre ganar en las elecciones de noviembre de 2021.

Los datos de la encuestadora M&R son creíbles, entre otras cosas porque es la única empresa que desde hace ya dos décadas aplica estudios con una base metodológica consistente sobre diversos aspectos de la realidad nacional. El estudio que fue dado a conocer esta semana es el último de su serie Sistema de Monitoreo de la Opinión Pública (SISMO).

La economía sigue siendo el principal problema

Contrario a los discursos que manejan los medios de oposición así como personeros del Gobierno de los Estados Unidos y de otros países occidentales, los principales problemas expresados por los entrevistados son de tipo económico (55.8%). Mientras tanto, los problemas de tipo político son importantes para 29.4% y los sociales lo son para el 12.8%. Cabe señalar que solamente 0.2% señala como un problema importante la "represión" del Gobierno sandinista.

Por otro lado, la cantidad de encuestados que opinan que su situación económica empeoró el último año ha bajado, de un 66.1% en abril de 2019 (cuando los efectos económicos del golpe de abril de 2018 se sentían con más fuerza) hasta un 55.4% en el último cuatrimestre del año. Por otro lado, quienes consideran que su situación económica ha mejorado subieron de 10.4 en abril de 2017 hasta 17.5% al terminar el año.

Trabajo (50.9%), paz (50.1%), mejorar la economía (20.4%), mejor salario (13.9%) y resolver los conflictos políticos (12.4%) son los principales deseos de los encuestados para el país en este año. Les siguen muy de lejos un cambio de gobierno (5.1%), más seguridad ciudadana (3.4%), que haya democracia (2.3%), “nada” (2.1%), precios bajos de la canasta básica (1.7%), elecciones (1.4%), respeto a las libertades públicas (0.9%), mejorar la educación (0.7%), y otros (2.7%).

Por su parte, 67% de los encuestados espera que su capacidad de compra mejore en 2020 y 70.7% esperan lo mismo de las perspectivas de empleo.

El país ha cambiado para mejor

En medio de los estragos causados por un fallido “golpe suave” que causó pérdidas por un 10% del PIB, destruyó unos 140.000 empleos e hizo cerrar uno de cada 4 negocios, es importante destacar que la cantidad de nicaragüenses dispuestos a emigrar del país hoy está entre los niveles más bajos desde que M&R realiza este tipo de mediciones.

Si en mayo de 2004 69.6% de los encuestados decía estar dispuesto a emigrar de Nicaragua, al finalizar 2019 solo 36.2% estaba dispuesto a hacerlo, más o menos la misma proporción de gente que en septiembre de 2018 y que en julio de 2016, es decir, los niveles de disposición a emigrar que existían en los años anteriores al golpe. En abril de 2019, cuando los efectos económicos post-golpe se sintieron con más fuerza, 45.2% dijo estar dispuesto a mudarse a otro país.

A pesar del fallido intento de golpe de 2018, y de que en 2018 y 2019 los trabajadores han tenido que abstenerse de reclamar aumentos salariales para no afectar la estabilidad económica de las empresas, 56.8% de los encuestados considera que el país ha avanzado en relación a hace 6 años mientras que 37.5% considera que ha retrocedido.

Confianza en las instituciones

Para 7 de cada 10 (69.3%) el Gobierno trabaja en beneficio de la población en general, mientras que en septiembre de 2018 los que pensaban así eran el 58.6% de los entrevistados. 6 de cada 10 entrevistados (59.7%) aprueba la gestión del Gobierno. En septiembre de 2018 esa proporción era de poco más de uno de cada 3 (36.8%).

Entre 7 y 8 de cada 10 entrevistados considera que el sistema político del país respeta las libertades de religión, de empresa y de expresión, los derechos a la propiedad, a movilizarse a elegir y ser electo, el derecho a expresarse y en general los derechos humanos de la población. Esta cifra de apoyo incluye a muchos que tradicionalmente apoyan a la oposición.

55% de los encuestados considera que el comandante Daniel Ortega dirige al país en la dirección correcta mientras que 34.9% considera que lo hace en la dirección equivocada, 5.6% dice que no sabe en qué dirección va el país y 4.5% no quiso opinar.

55.8% considera al comandante Daniel Ortega un gobernante democrático apegado a las leyes del país mientras que para 36.5% es autoritario y actúa para instaurar una dictadura.

Para 6 de cada 10 encuestados, el Gobierno sandinista une a los nicaragüenses mientras que para uno de cada 3 (34.5%) los divide. A 6 de cada 10 (58.3%) el Gobierno les infunde esperanza mientras que a 4 de cada 10 les infunde desesperanza.

Para 6 de cada 10 entrevistados, este es el mejor gobierno que ha tenido el país, mientras que para 1 de cada 3 es una dictadura.

Confianza en la Policía

Solo 7.9% de los encuestados dijo haber sido víctima de un delito durante los últimos 6 meses, una suma incluso menor que la de abril de 2018, que fue de 8.1%. En cuanto a la percepción de la seguridad ciudadana 42.7% considera que ha mejorado en los últimos seis meses contra 23% que considera que ha empeorado, una marcada diferencia con las cifras de diciembre 2018 cuando solo 22.3% notaba una mejoría en ese renglón. Sin embargo, si se considera la situación actual con la que existía hace cinco años (2015), 53.8% de los encuestados respondió que la seguridad ciudadana ha mejorado comparado a 40.7% que consideran que hoy hay menos seguridad.

Por otra parte, 77.8% de los encuestados considera que la Policía Nacional es "Muy profesional" contra 22% que considera a esta institución como "nada profesional". El porcentaje percepción de profesionalismo de las autoridades policiales es hoy más alto que el que había en 2015 cuando 70.2% aprobaba el trabajo de la policía.

Al mismo tiempo, el porcentaje de visión negativa del profesionalismo de la institución policial es hoy el más bajo de los últimos 5 años. En cuanto a la calificación general del trabajo de la Policía, un 63% de los encuestados tiene una imagen positiva de esta institución mientras que 36.2% tiene una imagen negativa, con una tendencia leve al aumento desde abril de 2019.

Amplio consenso sobre pilares económicos

Las respuestas de los encuestados indican una sólida constancia en el tiempo sobre los pilares del modelo económico del país: 71.8% consideran que el sector privado debe ser el motor del desarrollo económico del país mientras que 83.7% opina que el Estado debe promover y facilitar la inversión privada (más o menos las mismas cifras que había en 2012). Asimismo, una aplastante mayoría de 93.1% considera que el sector privado comprende tanto a las pequeñas y medianas empresas del sector familiar, asociativo y cooperativo como a las grandes empresas aglutinadas en el Cosep.

No al golpismo

La opinión pública descalifica el golpismo como estrategia: 9 de cada 10 encuestados rechaza los tranques en todas sus formas. 8 de cada 10 rechazan los paros. 82.5% considera que es el pueblo con su voto quien debe decidir quién va a gobernar. 7 de cada 10 encuestados rechaza la injerencia extranjera. 7 de cada 10 rechaza el golpe de abril-julio de 2018 (en diciembre de 2018, 35.7% lo apoyaba).

Según 8 de cada 10 encuestados, la oposición debe centrarse en el diálogo y la negociación con el Gobierno y solo 13.7% opina que debe ejercer mayor presión y movilización sobre el mismo.

Los tres temas prioritarios de una eventual negociación entre Gobierno y oposición, según los entrevistados, deberían ser el empleo, los salarios y los precios de la canasta básica. Temas como los problemas políticos, la seguridad ciudadana, "fortalecer las libertades ciudadanas" e incluso las tan mentadas reformas electorales, vienen de último.

Para un 68.5% de los entrevistados, el papel de la oposición ha sido malo y pésimo. Esto muestra un aumento incluso con el mes de abril de 2018, antes de que comenzara el "golpe suave" contra el gobierno sandinista y es incluso mayor que el de inicios de ese año, cuando el rechazo a la oposición era del 65.9%.

Para el 85.8% de los encuestados, Nicaragua debe retomar el rumbo que traía hasta antes del 18 de abril de 2018. Según 60.4%, Nicaragua está superando los acontecimientos del 2018 y ha retomado el camino correcto. Solo 28.4% está en desacuerdo con esa afirmación.

Desempleo y alcantarillado, temas importantes

Con respecto a las insatisfacciones de la población, 65.4% de los encuestados criticaron la falta de empleos. A ellos le sigue 39.5% que criticó el servicio de alcantarillado. Por otro lado, el mayor nivel de satisfacción (76.3%) se encuentra con el servicio de agua potable, seguido del estado de las carreteras, transporte interurbano y salud. Entre los servicios públicos es en el alcantarillado donde la satisfacción es más baja, con un 51%. La satisfacción también es muy baja (comprensiblemente, por la situación del país) en el terreno de las oportunidades de trabajo, con 24.5%.

Contundente mayoría sandinista

En lo que respecta a las simpatías político-partidarias, el voto duro por el FSLN es de 44% de los encuestados, mientras que el voto duro por la oposición es más de 10 veces menor, del 3.5%. El resto de los encuestados (52.5%) se declararon independientes, pero de ellos 8% dijo que tiende a votar por el FSLN mientras que 20.4% dijo que tiende a la oposición. 24.1% de los encuestados dijo no simpatizar con ningún partido.

En total, el FSLN alcanza un apoyo del 52% de los encuestados mientras que la oposición alcanzaría un apoyo del 23.9%. En una justa electoral, esto se traduciría en cifras aún más abultadas a favor del partido de gobierno ya que no se contarían las abstenciones. Según otro estudio de M&R, (Nicaragua Rumbo al 2021, 1ra. Encuesta Preelectoral) del pasado mes de septiembre, esta abstención podría ubicarse en el 30% y difícilmente caiga por debajo del 14% de las históricas elecciones de 1990.

52% de los encuestados (más de la mitad de los votantes) aseguró que va a votar por el FSLN y ese mismo porcentaje aseguró que jamás votará por la oposición. Por otro lado, 23.9% aseguró que votará por la oposición y que jamás lo haría por el FSLN. Cerca de 6 de cada 10 electores piensa votar en contra de la oposición mientras que cerca de la tercera parte de los electores se inclina a votar en contra del FSLN. En otras palabras, cerca del 60% de los electores se siente cercano al FSLN mientras que poco más de la tercera parte (36.6%) se sienten cercanos a la oposición. El grupo de los indiferentes a ambas opciones es pequeño: solo 4.7%.

Solidez del sandinismo, fragilidad de la derecha

Los datos de la encuesta de M&R son un signo más que señala el fin de la coyuntura golpista que se abrió en abril de 2018 (y que se saldó con la derrota del golpe y de la oligarquía que lo apoyó), y la entrada de lleno en la coyuntura de las elecciones de 2021 en las que una vez más se decidirá el futuro del país. A estas alturas el pueblo asimiló qué fue lo que pasó entre abril y julio de 2018 y ha sacado sus propias consecuencias.

Esta coyuntura está rodeada de una serie de incertidumbres producto del resultado de la pugna de poder entre la propia élite política de republicanos y demócratas en los Estados Unidos. Además, estará influenciada por la correlación regional de fuerzas entre nuestros pueblos en lucha y el imperialismo.

La semana pasada, poco antes de la publicación de la encuesta de M&R, trascendió la noticia del fracaso del proyecto de unidad entre los grupos que conforman la oposición golpista en el país, presos de rencillas e intereses personales. De todos modos, lo más probable es que el imperialismo los logre unir de cara a las elecciones de 2021, ya sea con una plataforma de Gobierno en busca de ganarlas, o con una plataforma de desestabilización en busca de desprestigiarlas y forzar una salida no-democrática.

Sin embargo, algo ya está dañado con respecto a la derecha nicaragüense y muy difícilmente lo podrán componer sus padrinos del exterior y mucho menos un liderazgo interno que ya está más que gastado y desprestigiado.

En Nicaragua, entre un 30 y un 40% de la población es ideológicamente de derecha. Son identificaciones políticas que se forjan y se transmiten a lo largo de las generaciones. Pero esa fracción de la población atraviesa una seria crisis, tal y como lo muestran los datos de la encuesta. Quienes abiertamente apoyan y reivindican el golpismo y la violencia son unos pocos. Por un lado, los liderazgos actuales de la derecha están totalmente desprestigiados y por otro, hay elementos de convivencia social garantizados por este gobierno sandinista que son imposibles de negar, aún para esos sectores.

El sandinismo por otra parte se ve muy sólido, pero no puede dar por descontada la victoria. Necesitará fortalecer y cuidar su unidad, y estar muy vigilante a situaciones que puedan generar disconformidad entre el pueblo, por ejemplo, como en el tema del alcantarillado, donde a pesar de lo expresado en la encuesta, para el año que viene se tiene programada una cantidad récord de proyectos de agua y saneamiento. Los sectores asalariados del país han tenido que abstenerse de aumentos de los sueldos para no afectar a las empresas, que en su mayoría son del mismo pueblo empoderado como sujeto económico, y por eso mismo es especialmente importante fortalecer el trabajo político y la eficiencia y justicia de todos los programas del Estado destinados a defender los derechos del propio pueblo.

También seguramente en estos dos años que faltan para el 2021 arreciarán las campañas de desinformación y noticias falsas como las que cotidianamente se impulsan, por ejemplo, con reportes alarmistas sobre el estado de la economía. Otro elemento a tomar en cuenta y que no está contemplado en la encuesta de M&R son esos miles de adolescentes que cumplirán 16 años antes de noviembre de 2021 y que con sus votos pueden decidir el futuro del país.