Por Jorge Capelán.
La Covid-19 ha causado hasta el día de hoy unas 4.029 muertes en Suecia, lo que ha sido uno de los argumentos de aquellos que critican la estrategia seguida por el país escandinavo para enfrentar la pandemia, evitando a toda cosa implementar cuarentenas y cierres generalizados, pero las causas de esa alta mortalidad registrada hasta el momento en se país parecen no tener nada que ver con esa estrategia.
Es innegable la alta mortalidad de la Covid-19 en Suecia.
En términos comparativos, Suecia tiene menos muertes por millón de habitantes (400) que países como España (600), Italia (542) y el Reino Unido (541), en los que la mortalidad por la Covid-19 ha sido muy alta. Sin embargo, se encuentra por encima del promedio de los EEUU (295) y de la Unión Europea (226) y del de sus vecinos escandinavos Dinamarca (97), Finlandia (55) y Noruega (43), e incluso del promedio mundial de muertes por millón de habitantes que es de 44 a la fecha de escribir este artículo.
La estrategia de Suecia para hacerle frente a la Covid-19 se ha basado en información y recomendaciones a la población sobre medidas de protección a seguir priorizando los grupos de riesgo, como enfermos crónicos y personas de avanzada edad. En todo momento se ha evitado imponer cuarentenas y cerrar las fronteras (aunque esto último se impuso de hecho cuando todos los vecinos de Suecia cerraron las suyas muy temprano en el desarrollo de la pandemia).
Es importante notar que de las 4.029 muertes causadas hasta el momento por la Covid-19 en Suecia el 43%, unas 1.739, corresponden a personas de la tercera edad en hogares de ancianos, según informó el programa de televisión Agenda este domingo.
Sin embargo, de ese 43% de las muertes por Covid-19 en Suecia solo una de cada 10, es decir apenas unos 173 ancianos, fueron atendidos en un hospital, el resto murieron en los hogares de ancianos, en los que solo recibieron "cuidados paliativos", es decir, la atención que se le da a las personas cuando ya no existe esperanza alguna de recuperación y solo se trata de paliar los síntomas y los sufrimientos de la enfermedad a la espera de la muerte del paciente.
Según Yngve Gustafson, profesor en geriatría de la universidad de Umeå, esta sobremortalidad es un producto de la aplicación indiscriminada de los "cuidados paliativos" en lugar de verdadera atención médica a los ancianos, algo que según él "ha sido un problema en el cuidado de los ancianos en Suecia durante bastante tiempo".
Gustafson en el estudio también dijo que en la actualidad dedica casi todo su tiempo a atender llamadas y correos electrónicos de familiares de pacientes que consideran que éstos no están siendo bien atendidos en los hogares de ancianos y los llamó a insistir en que se les de verdadera atención médica a sus seres queridos.
También a manera de ejemplo mencionó el caso de un anciano con una afección respiratoria que fue erróneamente diagnosticado con Covid-19 y que pudo recuperarse en unos pocos días con un tratamiento normal de antibióticos.
El problema no es la estrategia seguida por Suecia para enfrentar la Covid-19 si no un problema muy real que enfrenta ese país escandinavo en el terreno de la salud y la seguridad social: Su sujeción creciente a las leyes del mercado bajo la forma de la desregulación, la tercerización y la privatización.
Por ejemplo, nuevas estadísticas sobre los trabajos a tiempo parcial presentadas por las comunas (municipios) y regiones de Suecia muestran que uno de cada 4 empleados comunales en el cuidado de ancianos y personas con discapacidad trabajaba con contratos temporales y uno de cada cinco trabajaba por horas.
En muchas de las comunas de Suecia las cifras son considerablemente más altas. En 30 de las 290 comunas que hay en el país, más del 30% tenían contratos temporales en noviembre de 2019. La comuna de Danderyd, probablemente la más rica de Suecia, es también la que encabeza la lista con más empleos inseguros en el cuidado de ancianos y personas con discapacidad, con 43% de empleos con contratos temporales y 39% de empleados por horas.
El internacionalmente conocido epidemiólogo del Estado sueco, Anders Tegnell, resaltó ya a mediados de abril en una entrevista con la televisión nacional la inseguridad del empleo en la atención de los ancianos como una de las razones detrás de la los contagios y las muertes por Covid-19.
- Recibo montones de correos electrónicos todos los días de gente que trabaja en los hogares de ancianos, señalando problemas básicos que hay en esos lugares, con muchísimo personal que va de un lado para otro, personal con formas de empleo poco claras y con rutinas de trabajo que no siempre están bien desarrolladas, dijo Tegnell al programa SVT Aktuellt.
Por cierto, no parece ser casualidad que el avance de la epidemia haya sido mayor en el condado de Estocolmo, que es el que tiene las comunas con más empleo inseguro en el cuidado de ancianos de todo el país. De las 10 comunas con mayor cantidad de empleados por horas, 9 se encuentran en ese condado.
En Estocolmo, los empresarios privados representan más de la mitad de las plazas en el cuidado de ancianos, lo que es más del doble del promedio nacional, y la proporción de empleados por hora y por contratos temporales en ese sector es más alta que en el sector público.
Comparativamente con el resto de los países escandinavos, la privatización en el cuidado de los ancianos ha sido máyor en Suecia.
Según Tine Rostgaard, profesor de la institución para el trabajo social de la universidad de Estocolmo, Suecia tiene una proporción significativamente más alta del cuidado de los ancianos bajo la tutela del sector privado que los países vecinos.
- En Noruega, por ejemplo, 10% del cuidado de los ancianos es brindado por el sector privado, comparado al 21% en Suecia, relata Tine Rostgaard al semanario Proletären.
Según Tine Rostgaard hay varias diferencias entre esta actividad en el sector público y el privado que pueden influir en las cifras de mortalidad por coronavirus.
– En el sector privado el personal a menudo tiene un nivel de educación más bajo, hay menos personal por paciente e instituciones (hogares de ancianos) más grandes que en el sector público, explica.
Que el personal en los hogares de ancianos trabaje solo y bajo condiciones flexibles puede contribuir a la falta de dirección y a que la información o los equipos de protección no lleguen. Asimismo, las formas más difusas de empleo también juegan un gran papel, dice Tine Rostgaard.
Según Ann Georgsson, ombudsman nacional del sindicato Kommunal, la crisis del coronavirus ha venido a poner el dedo sobre la llaga de los problemas de personal en el cuidado de los ancianos.
– La manera como se ha garantizado el personal para cuidado de los ancianos se basa en que hay muchísimos empleos de corta duración. Eso imfluye muchísimo, tanto en lo que respecta a la continuidad como en limitar la cantidad de empleados por paciente, dijo Ann Georgsson al semanario Arbetet.
Ann Georgsson dice que los empleados por hora están muy expuestos y rara vez tienen la posibilidad plantear exigencias en lo que respecta al ambiente de trabajo.
– Muchos no saben si van a tener un ingreso el siguiente mes. Con condiciones de empleo inseguras se consigue una fuerza de trabajo callada y por eso mismo sin posibilidades de tener influencia real. Hemos escuchado ejemplos de personas que hay tenido que ir al trabajo a pesar de que tienen los síntomas (de la Covid-19) para poder mantener en pie la actividad.
(Con información de Omni.se, SVT, Proletären)