miércoles, 13 de octubre de 2021

Zonas Francas: El exitoso modelo de Nicaragua

Asamblea de trabajadores en la empresa
New Holland del parque Astro Carton, en Tipitapa.


Por Jorge Capelán

Las zonas francas juegan un papel muy importante en el modelo de lucha contra la pobreza en Nicaragua. Al contrario de la mayoría de los países del mundo, donde este tipo de actividad es sinónimo de pésimas condiciones de trabajo, cero organización sindical y altísimos niveles de explotación, en Nicaragua son vistas como fuentes de empleos bien remuneradas y seguras que aportan cientos de miles de puestos de trabajo indirectos a la economía familiar, comunitaria, cooperativa y asociativa que emplea a la mayoría de la población.

 


Palabras de la compañera Maria González,
secretaria general del Sindicato Por la Dignidad Laboral
de la empresa Ein.

Nicaragua es un país que invierte en la salud y educación pública y gratuita como derechos de toda la población y además garantiza el funcionamiento de los servicios básicos a precios asequibles. La estabilidad social y productiva del país hace que las empresas de zonas francas prefieran establecerse en Nicaragua haciendo acuerdos con el Estado y los sindicatos, antes que estar en un perenne estado de guerra que afecte sus negocios. Dado que el país produce casi todos los alimentos de consumo básico de su población, esta, a pesar de los bajos salarios, recibe mucho más por sus ingresos que el resto de las clases trabajadoras en la región.

En julio de 2021, tras dos años y medio marcados por el derrotado intento de golpe del año 2018, los terribles huracanes Eta y Iota de 2019 y la pandemia del año 2020, el número total de trabajadores de las zonas regresa a unos niveles similares a los del año 2017 cuando el país centroamericano lideraba las ligas de crecimiento económico en América Latina. Actualmente, las perspectivas son de franca mejoría a medida que la economía mundial se recupera de la pandemia. Con pronósticos que rondan el 7% este año y 5% o más en 2022, Nicaragua estaría retomando la senda del crecimiento económico.

“Yo creo que el sector de Zonas Francas tiene un enorme peso en la economía del país en vista de que actualmente emplea a 127 mil trabajadores, y se espera que de aquí a fin de año se cierre el 2021 con más de 130 mil trabajadores. Se están recuperando empleos que se habían perdido por las suspensiones de fábricas que hubo debido al covid-19 y también debido a que las marcas no estaban enviando órdenes de trabajo a las fábricas aquí en Nicaragua”, explica Pedro Ortega, dirigente de la Central Sandinista de Trabajadores ‘José Benito Escobar’.

Entre los cerca de 13 mil empleos directos que se espera generar en los próximos meses, 2 mil pertenecen al sector de las fábricas de puros; 1 mil a los call centers; 2 mil a nuevas plantas en construcción en el departamento de Chinandega y 3 mil 500 a nuevas plantas de arneses para automóviles, entre otros. Las expectativas de exportación para las zonas francas este año son de unos 2.900 millones de dólares, casi la mitad del récord histórico de 6.000 millones de exportaciones que Nicaragua piensa establecer este año.

“En Nicaragua, desde la toma del poder el Gobierno del Comandante Daniel Ortega (en el año 2007), el sector de las Zonas Francas ha tenido un proceso constante de consolidación y desarrollo”, dice Ortega, al hacer un recuento de la historia de conflictos que la clase trabajadora por mucho tiempo tuvo con las empresas de la maquila. Estas empresas se comenzaron a establecer en el país a raíz de la derrota electoral de 1990 y de los intentos de la oligarquía de imponer un régimen neoliberal en el país hasta el año 2006.

“En la Zona Franca, con los gobiernos neoliberales, fueron violentados los derechos de los trabajadores, porque los empresarios hacían y deshacían las leyes de Nicaragua, y esos gobiernos nunca velaron por los derechos de los trabajadores. Con la llegada al poder del Comandante Daniel Ortega, sostuvimos con él una reunión un mes antes de su toma de posesión. El Comandante escuchó las palabras de los trabajadores, especialmente cuando le decíamos que el sector de las Zonas Francas debería ser bien atendido a causa de la vulneración de los derechos sociales de los trabajadores debida al maltrato físico que había de parte de los funcionarios extranjeros de estas empresas”, explica el dirigente sindical.

“Efectivamente, ya con el Gobierno del Comandante Daniel nos propusimos un diálogo social. Posteriormente, fuimos trabajando con la empresa extranjera. El Ministerio del Trabajo también hizo una labor que vino a dignificar, tanto a las mujeres como a los hombres que trabajan en estas empresas y, a través de la capacitación de empleadores y trabajadores en conjunto, creo que también el Ministerio del Trabajo vino contribuyendo a unas relaciones laborales de respeto, así como programas de la Organización Internacional del Trabajo, a través de un proyecto que se llama ‘Mejor Trabajo’ o Better Work, que vino a consolidar el diálogo social”, explica Pedro Ortega.

Nicaragua ha sido reconocida por la OIT por este tipo de diálogo social en el sector de Zonas Francas. Para nosotros este diálogo ha llevado al país a un mayor desarrollo y a más estabilidad a los trabajadores. A través del diálogo social y estos acuerdos tripartitos hemos venido erradicando algunas malas prácticas de los empresarios hacia los trabajadores y podríamos decir que ya hay relaciones laborales de respeto en las que los sindicatos representados en la empresa son tomados en cuenta y defienden los intereses de los trabajadores”, agrega.

Trabajadora de la empresa coreana
Handsome Nica, en el municipio de Mateare.

Las zonas francas en el país son un ejemplo del apoyo al enfoque integral y basado en el diálogo que ha adoptado el Gobierno sandinista. Por ejemplo, acerca del fallido golpe lanzado por la oligarquía y sectores de la derecha recalcitrante en 2018, Ortega es claro al afirmar que “aquí los trabajadores en las diferentes empresas de Zona Franca no pararon de laborar a pesar de que tenían que pasar por los ‘tranques de la muerte’, donde muchas compañeras mujeres eran tocadas, acosadas sexualmente, por estas personas que estaban en esos tranques que cuando no estaban alcoholizados estaban drogados”.

“La clase trabajadora de este sector de la maquila también rechazó a estos individuos, la prueba de eso es que en una empresa textil en Masatepe los trabajadores se organizaron porque estos grupos delincuenciales llegaban a querer parar la empresa. Los trabajadores querían trabajar y, efectivamente, los golpistas fueron sacados del lugar con escobas y pelotas de hilo. Posteriormente a esta expresión de los trabajadores, en las demás empresas de Zonas Francas del país, podríamos decir que ninguna empresa se paró a pesar de la situación y del caos que hubo”, explica.

Solamente para este año del golpe fallido hubo ciertos atrasos y algunas fábricas recibieron multas por no haber entregado en tiempo y forma los pedidos de las diferentes marcas de Estados Unidos, pero los trabajadores siempre estuvieron produciendo.

Sobre el efecto de los huracanes Eta y Iota, Ortega explica que este sector no fue golpeado porque las fábricas de los diferentes parques industriales de Zonas Francas, especialmente en el Pacífico, están en zonas altas. En algunos lugares hubo problemas de asistencia porque a los trabajadores se les inundaron sus casas por las constantes lluvias, pero esto no afectó a ninguna nave industrial en el Pacífico. Sin embargo, en Kukra Hill, donde hay una zona franca del sector agropecuario (palma africana), sí hubo problemas con los ríos y también con algunos árboles de palma africana que se cayeron y allí sí hubo retrasos en la producción, pero tampoco hubo pérdidas económicas en este sector, explica.

Para enfrentar la pandemia de la covid-19, el Gobierno, los sindicatos y las empresas aprobaron un protocolo de bioseguridad que ha garantizado estabilidad para que las marcas sigan enviando órdenes de trabajo al país, ya que los 127 mil trabajadores están protegidos.

Dice Ortega que debido a los huracanes y a la emergencia sanitaria se perdieron unos 9 mil 500 empleos y las exportaciones disminuyeron casi un 20%, pero hoy, en septiembre de 2021, se recuperaron todos los puestos de trabajo perdidos y se han generado alrededor de 7 mil empleos adicionales. Las exportaciones, hasta el mes de julio de este año, habían aumentado un 45% en comparación con el mismo mes del año pasado.

Sobre el futuro de las zonas francas, dice Ortega que es algo esperanzador que, “a pesar de la situación política que tiene el Gobierno de Estados Unidos contra el pueblo de Nicaragua, el diálogo que hay entre los inversionistas de Zonas Francas, los trabajadores y el Gobierno ha hecho posible que juntos marchemos por mejores conquistas sociales para los trabajadores”.

Trabajadores de la empresa Handsome Nica.

A partir del 1 de enero del próximo año los trabajadores vamos a tener un aumento salarial de un 8.25%, y probablemente, en el primer trimestre de 2022 los inversionistas de Zonas Francas, el Gobierno y los trabajadores por medio de sus centrales sindicales representadas vamos a negociar un nuevo acuerdo tripartito sociolaboral. Creo que este éxito que hemos tenido con estos acuerdos tripartitos ha garantizado estabilidad económica y social para los trabajadores y eso ha traído a Nicaragua una estabilidad en nuestro sector”, dice Ortega.

Sobre el futuro, el dirigente sindical valora cómo se viene diversificando el trabajo en las Zonas Francas. Ya no solo son maquilas textiles, sino call centers, en los que se pagan los salarios más altos, de 500 a 700 dólares mensuales por tratarse de trabajadores bilingües, y la producción de arneses para los vehículos de marcas europeas, estadounidenses y japonesas, donde hay trabajadores que ganan más de 350 dólares al mes.

“Entonces, en la medida en que se vienen diversificando el trabajo sindical y el trabajo económico de las empresas de Zonas Francas, existe la posibilidad de que los trabajadores ganen mayores ingresos. Además, esta diversificación trae consigo que se implementen nuevas tecnologías y que los trabajadores sean más que todo trabajadores técnicos y que debido a esa labor obtengan mayores salarios”, concluye Pedro Ortega.