miércoles, 6 de abril de 2022

El viejito simpático en un portaaviones de la OTAN.

 

Pepe Mujica. Foto: DW.

Por Jorge Capelán.

Acabo de ver dos vídeos del Pepe Mujica de los que publica la DW. Eran sobre Ucrania. Vale la pena verlos porque se nota la maniobra ideológica de legitimar de contrabando la propaganda antirrusa vestida de humanismo y crítica a "los gobiernos" "sean del signo que sean". 

Según Mujica la guerra en Ucrania es producto de "la irracionalidad", un "salto a la prehistoria". Arremete contra los presupuestos militares aterradores de "los gobiernos", el problema es que lo hace desde un medio estatal (la DW) totalmente sometido al mando de la OTAN que por lejos representa la mayor parte del gasto militar del planeta.

En el segundo vídeo Mujica hace tabla rasa con la operación rusa en Ucrania, y las intervenciones estadounidenses en Irak y Afganistán, y constata que "jamás funcionarán". Esto es así porque, según Mujica, "los sentimientos de nacionalidad", "son sentires, no son ideas que se discuten". 

Diciembre de 2013, parlamento ucraniano:
un "activista" neonazi cuelga la Cuz Celta en uno de los pilares,
mientras que en el fondo se puede apreciar
la bandera confederada. "Son sentires,
no son ideas que se discuten". 

Para cualquier observador objetivo, semejante romantización del nacionalismo (los sentimientos no se discuten) merecería ser pintada con letras grandes y vistosas en las barracas del neonazi Batallón Arzov de Ucrania, pero como estamos en tiempos de irracionalidad suprema, semejante exabrupto del viejito bonachón en su quinta en las afueras de Montevideo debe ser tomado como muestra de sabiduría profundamente humanista.

El espectáculo de Mujica pontificando semanalmente desde la cubierta de un portaaviones ideológico de la OTAN, como lo es la DW, que dice tener todo un ejército de "periodistas independientes" para avanzar los intereses de la Alianza Atlántica en el mundo, no es ninguna casualidad. Recordemos que ya desde 2014 se informaba en los medios de sus reuniones con el globalista George Soros del que se dice financió con abundantes fondos la campaña de despenalización de la marihuana en Uruguay. Antes de eso, en 2011, había dicho "... miro a Suecia y me da envidia, miro a Dinamarca y me da envidia, miro a Nueva Zelandia y me da todavía más envidia, porque es como mirar la foto de lo que pudimos ser y no somos."

En fin, el horizonte de Mujica es el que en una época ofreció el imperialismo monopolista occidental y que ya todo el mundo sabe es una quimera. Ese barco ilusorio ya se hundió hace rato, y mientras hoy se hunde el Titanic occidental, este simpático viejito, desde la cubierta toca el violín.