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viernes, 28 de junio de 2019
En Nicaragua, David sigue dándole en el ojo a Goliat
En medio de la afiebrada campaña antinicaragüense de la semana, la EMBUSA en Managua preparó a las huestes golpistas más extremas del MRS, La Prensa y los púlpitos para otra decepción: La oposición debe seguir en el diálogo con el Gobierno sandinista, les dijo.
En una reunión con la AmCham, el embajador Kevin K. Sullivan, tras asegurarle a los reunidos que su gobierno "siempre ha sido" y "siempre ha estado", y de explicarles que tiene un paquete integral contra el país que incluye campaña internacional, sanciones (incluida la "Nica Act"), etcétera, afirmó que "Estados Unidos también ha apoyado la reanudación de las negociaciones entre el Gobierno de Nicaragua y la Alianza Cívica para buscar acuerdos que puedan brindar una solución pacífica y democrática a la crisis". Como Almagro, Sullivan también reconoce que el gobierno sandinista gobierna en Nicaragua.
"Seguimos creyendo que una negociación seria, una que aborde de lleno la agenda completa originalmente acordada en marzo por ambas partes, es el mejor camino. He escuchado una y otra vez que estas conversaciones ofrecen un horizonte de esperanza a todos los nicaragüenses, independientemente de su afiliación política", dijo. Sullivan avaló al presidente de AmCham, Mario Arana, que hace semanas dijo que había que seguir con el diálogo pero fue agriamente desautorizado por los golpistas extremistas. Hace gracia la referencia de Sullivan al apoyo de los obispos católicos al diálogo, habida cuenta de las declaraciones de gente como Abelardo Mata en Estelí llamando al diálogo "una falsedad, un circo".
"Todavía hay una oportunidad de avanzar dentro del actual marco de negociaciones, si ambos lados ponen la voluntad necesaria", dijo Sullivan. Por supuesto, dijo que hay que liberar a los golpistas que según la oposición todavía están presos (aunque reconociendo que habrá que avanzar en "la resolución de discrepancias sobre los mismos según sea necesario", es decir, discutirlo con el Gobierno) y también habló sobre "restaurar las libertades y garantías", sobre reformas del sistema político y jurídico, etcétera.
En fin, lo que Sullivan les dijo a los reunidos es: Ni a ustedes ni a mí nos gusta lo logrado hasta hoy pero hay que volver a la mesa de negociaciones. Mientras tanto, "hagamos todos lo que podamos, desde donde estamos, usando lo que tenemos a mano". Les dijo que había tomado nota de las voces dentro del país que le dijeron que "después de todo Nicaragua no es Cuba" sino "una democracia centroamericana con una constitución republicana que pertenece al SICA y al acuerdo CAFTA-DR", miembro pleno de la OEA, etcétera, y con eso dio por cerrado el capítulo de la vía insurreccional aquella de los que le decían al comandante Daniel Ortega "aquí solo vinimos a negociar para ver cuándo usted se monta en el avión".
El mensaje de Sullivan se puede entender desde dos perspectivas. En la práctica busca el derrocamiento del Gobierno sandinista por medio de la combinación de sanciones con campañas internacionales, actividades subversivas y negociaciones en un contexto en el que reconocen que se están enfrentando a un Gobierno con poder, legitimidad y respaldo popular. Ayer, el horizonte era de unas semanas o meses; hoy es otra vez de años. Por otro lado, a la base ingenua de la AmCham la trató de tranquilizar asegurándole su Gobierno no busca desestabilizar el país sino mejorar las relaciones económicas con Nicaragua.
A los golpistas les reclamó cuando dijo que la "Alianza Cívica (...) debe hacer su parte, centrándose en los objetivos a largo plazo de la negociación y representando fielmente las aspiraciones de los nicaragüenses para un futuro mejor". Lo que les dijo es que van a tener que hacer política, es decir, presentar alguna propuesta que les de un viso de credibilidad ante el electorado. Da risa la voltereta en el aire del diario La Prensa, golpista por excelencia y ferviente opositor al diálogo, ahora aceptándolo.
"En general esta es la misma posición y la voluntad de la mayoría de los nicaragüenses. Solo algunas voces estridentes descalifican las negociaciones y denigran la demanda de un acuerdo con la dictadura de Ortega", escribe en su editorial de hoy "el diario de los nicaragüenses" (pagados por Miami).
El discurso del embajador Sullivan a nuestro entender confirma nuestro punto de vista de que los Estados Unidos no tienen una respuesta estratégica sobre Nicaragua ni sobre el tema de su pérdida de influencia en la región centroamericana. Tratan de reacomodar las fichas que ya tienen sobre el terreno, pero sin un planteamiento de fondo sobre qué hacer con esta parte del mundo. No les gusta el Gobierno sandinista, eso está claro. Para darse cuenta de ello solo basta echarle una vistazo a la Doctrina Monroe, pero ¿qué hacer después, no solo con Nicaragua, sino con toda Centroamérica? Eso es algo a lo que los Estados Unidos en las actuales condiciones no pueden responder, porque ya no están construyendo un imperio sino evitando que el que ya tienen se les venga abajo.
Mientras los Estados Unidos y sus clientes se siguen devanando los sesos, la recuperación de la economía nicaragüense continúa: Esta semana la organización Nicatrama, del sector de las touroperadoras, informó que los primeros 5 meses de 2019, la llegada de turistas internacionales a nuestro país aumentó en hasta un 23% con respecto al periodo similar del 2018.
Por otra parte, el asesor presidencial y comandante Bayardo Arce informó sobre una reunión que tuvo con un grupo de empresarios para la evaluación de la Ley de Concertación Tributaria cuya reforma el pasado mes de febrero se convirtió en bandera de la golpista patronal del COSEP.
Arce dijo que, como parte de las políticas agresivas contra el país, a la banca local le han cortado los financiamientos desde Estados Unidos, “a las grandes empresas que se financiaban desde afuera, las compañías de seguros le han cortado los seguros a operaciones de comercio internacional, a ver si de esa manera ahogaban el país, pero ahí estamos, no en las mejores condiciones, y esperamos que después de esta ronda (de evaluación) en la que estamos ahorita y que vamos a continuar sobre todo cuando tengamos el balance de junio, hacerle los ajustes a la política tributaria para que nos ayude a seguir avanzando”.
De esas conversaciones se irán desgranando aún más empresarios que en el pasado se sumaron al golpe pero que se están dando cuenta de que cometieron un grave error.
Ayer 27 de junio, la vicepresidenta Rosario Murillo comentaba una fecha histórica para Nicaragua:
“Hace 33 años David venció a Goliat. Hace 33 años la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya condenó a los Estados Unidos por financiar actividades violatorias del Derecho Internacional... (La CIJ) declaró ilegal toda la actividad encubierta patrocinada por el gobierno de los Estados Unidos para contribuir al derrocamiento del Gobierno sandinista”, indicó.
“A esa fecha, ya en esa injusta y criminal guerra contra Nicaragua, habíamos perdido la vida de 38 mil hermanos nicaragüenses. 38 mil hermanos que sucumbieron ante una guerra inclemente que fue condenada por el máximo tribunal de justicia en el mundo, en La Haya”, recordó.
La vicepresidenta valoró que “nunca se puede compensar a un país por la pérdida de valiosas vidas humanas, jamás. Todas esas decenas de miles de muertos no se pueden pagar, el dolor de las familias no se puede pagar, no se puede compensar con dinero; pero moralmente los Estados Unidos están obligados a pagar lo que le deben a Nicaragua por la destrucción de nuestros puertos, de nuestra economía, por haber destruido nuestro país en aquel momento”.
“Ahí está la razón que tuvo y tiene Nicaragua de reclamar, de seguir reclamando esa indemnización que moralmente y juridicamente los Estados Unidos están obligados a reconocer. 33 años de esa gran victoria de nuestro pequeño país frente a la potencia norteamericana por sus actividades violatorias al derecho internacional”, aseguró.