Managua, 13 oct (Prensa Latina) El régimen de Lenín Moreno en Ecuador es una farsa del neoliberalismo comentó en esta capital el analista político nicaragüense de origen uruguayo Jorge Capelán.
Tras recordar el aserto de Carlos Marx de que la historia se repite,
primero como tragedia y luego como farsa, en declaraciones a Prensa
Latina, Capelán lo aplicó a la situación que vive el país andino en
estos momentos.
Moreno actúa como un mandadero de los intereses del gran capital financiero ecuatoriano y de los partidos de la derecha rancia, que una mayoría de los ecuatorianos rechaza, indicó.
Él mismo ha dicho que va a entregar el poder a Guillermo Lasso, Cynthia Viteri o cualquier otro político de la derecha, recordó.
Según el experimentado periodista estamos viendo un acto de traición difícil de entender, pues tardaremos décadas y estaremos discutiendo cómo fue que un hombre pudo haber traicionado a su pueblo, ya no a Correa (el ex presidente Rafael) y a su partido (Alianza País).
Traicionó a su pueblo porque a él lo eligieron a partir de una propuesta política y cuando llegó al poder hizo lo contrario, pero la gran movilización popular de rechazo a esa agenda neoliberal pone de manifiesto la enorme orfandad de estos regímenes neoliberales, expuso.
Capelán considera que en el gobierno ecuatoriano se aprecia la misma debilidad de Argentina bajo la administración de Mauricio Macri, el Brasil regido por Jair Bolsonaro o la crisis política del Perú, que ya data de 30 años.
La situación es tragicómica, quisieron volver a lo que había hace 20 años y lo que han hecho es una pantomima, caracterizó el momento actual en el país andino.
El analista se refirió también al doble rasero aplicado a los sucesos de estos días en Ecuador comparado con la situación vivida por Nicaragua el año pasado.
Aquí lo primero que hicieron la OEA y el complejo mediático occidental fue condenar al gobierno, aunque el Ejército nunca se metió y la Policía recibió la orden de concentrarse en sus cuarteles, pero el condenado siempre fue el Ejecutivo, recordó..
En el caso de Ecuador Lenín Moreno saca el Ejército, con tanques incluidos, a la calle, matan personas, no tienen empacho en llenar los barrios de gas lacrimógeno, aporrean a la gente de mala manera y lo que reciben son espaldarazos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la OEA, realmente la hipocresía no podía ser mayor, concluyó.
mem/fgn
Moreno actúa como un mandadero de los intereses del gran capital financiero ecuatoriano y de los partidos de la derecha rancia, que una mayoría de los ecuatorianos rechaza, indicó.
Él mismo ha dicho que va a entregar el poder a Guillermo Lasso, Cynthia Viteri o cualquier otro político de la derecha, recordó.
Según el experimentado periodista estamos viendo un acto de traición difícil de entender, pues tardaremos décadas y estaremos discutiendo cómo fue que un hombre pudo haber traicionado a su pueblo, ya no a Correa (el ex presidente Rafael) y a su partido (Alianza País).
Traicionó a su pueblo porque a él lo eligieron a partir de una propuesta política y cuando llegó al poder hizo lo contrario, pero la gran movilización popular de rechazo a esa agenda neoliberal pone de manifiesto la enorme orfandad de estos regímenes neoliberales, expuso.
Capelán considera que en el gobierno ecuatoriano se aprecia la misma debilidad de Argentina bajo la administración de Mauricio Macri, el Brasil regido por Jair Bolsonaro o la crisis política del Perú, que ya data de 30 años.
La situación es tragicómica, quisieron volver a lo que había hace 20 años y lo que han hecho es una pantomima, caracterizó el momento actual en el país andino.
El analista se refirió también al doble rasero aplicado a los sucesos de estos días en Ecuador comparado con la situación vivida por Nicaragua el año pasado.
Aquí lo primero que hicieron la OEA y el complejo mediático occidental fue condenar al gobierno, aunque el Ejército nunca se metió y la Policía recibió la orden de concentrarse en sus cuarteles, pero el condenado siempre fue el Ejecutivo, recordó..
En el caso de Ecuador Lenín Moreno saca el Ejército, con tanques incluidos, a la calle, matan personas, no tienen empacho en llenar los barrios de gas lacrimógeno, aporrean a la gente de mala manera y lo que reciben son espaldarazos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la OEA, realmente la hipocresía no podía ser mayor, concluyó.
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