lunes, 26 de septiembre de 2022

Sobre el discurso de Petro en la ONU


 

Por Jorge Capelán.

Lo siento mucho, no es mi intención "escupir en la sopa" y sé que hay varios compañeros en Colombia que se van a sentir molestos por lo que escribo.

No me convence para nada el discurso del presidente Gustavo Petro de Colombia ante la Asamblea General de Naciones Unidas con su condena abstracta a "la guerra" a la vez que invita al Comando Sur de los Estados Unidos a plantar sus botas en la Amazonía colombiana, violando así la integridad, no solo de Colombia, sino del Abya Yala en su conjunto.

Suena muy bien la convocatoria de Petro a todos los países del Abya Yala a salvar la Amazonia, pero no con las botas de los marines yanquis. Eso no es una empresa noble, es alta traición a nuestros pueblos y a la Madre Tierra.

Este tipo de discursos, como el de Petro, cargados de expresiones floridas, recuerda mucho a las "sabias" reflexiones de Pepe Mujica, que terminó dejándonos a Almagro al frente de la OEA, y que en los últimos años se ha dedicado a hacer de alibi progresista de la cadena Deutsche Welle, el medio de guerra de la Otan en Alemania.

No gracias, ese "pacifismo" imperial no lo necesitamos. Quieren que critiquemos la guerra "venga de donde venga" para que al final aceptemos las botas de los marines en nuestro suelo o en cualquier otro suelo.

La frase de "Invadieron Ucrania, pero también Irak, y Libia y Siria" es una confusión espantosa de conflictos y de las causas. ¿Quiénes "invadieron"? No señor, de un lado está la OTAN (Irak, Libia, Siria y también Ucrania...) y del otro está Rusia en su centenaria guerra defensiva contra las agresiones de Occidente.

Cualquiera que sepa lo más elemental de historia universal debería aceptarlo, y cualquiera con la información suficiente y con la más mínima decencia intelectual, no puede pasar por alto el constante avance hacia el este de las fronteras de la OTAN tras el colapso de la URSS.

"¿Para qué sirven la Otan y los imperios, si lo que viene es el fin de la inteligencia?", pregunta Petro. ¿La Otan y los imperios? Bonita forma de confundir colonizadores con colonizados - y al mismo tiempo quedar bien con todos, especialmente con la jefa del Comando Sur y con las ONG europeas y norteamericanas. Cabría preguntarse qué inteligencia es la que se está agotando.

Es muy bonito lanzar frases seudorradicales y culpar de todo a la "reproducción ampliada del capital" para no tener que nombrar a los verdaderos culpables en el mundo real.

El llamado de Petro a cambiar "deuda por vida (...) deuda por naturaleza" es patético porque no nombra quiénes son los verdaderos deudores. ¿Lo son China y Rusia? No señor, son los países de la OTAN, que controlan el FMI, el Banco Mundial y la banca privada planetaria. Son ellos los buitres, herederos de las potencias que desde hace siglos están comiendo las entrañas del Abya Yala.

Definir los términos de la catástrofe ecológica en desarrollo como "adicción" al dinero y a los combustibles fósiles, así, en abstracto, no es una apuesta ecosocialista que beneficie a los pueblos del Abya Yala, África, Asia o el Oriente Medio. No lo es, porque el Occidente Colectivo se benefició durante siglos del espacio de dióxido de carbono del planeta y hoy pretende negarle a nuestros pueblos el derecho a desarrollarse.

No mencionar el tema de la justicia climática, y el hecho de que las sociedades del "centro" del sistema imperial, deben a lo inmediato abandonar sus patrones infames de consumo, no es apoyar un programa que defienda al campesinado y a los pueblos originarios a escala global, sino más bien apoyar las políticas de "Nuevos Tratos Verdes" de la administración Biden y de los socialdemócratas en Canadá y Estados Unidos.

No son nuestros pueblos ni nuestros pobres los que poluyen el medio ambiente. Las cifras de uso de energía eléctrica son un ejemplo de ello: Los EEUU usan 12,000 kilowatts hora por persona al año; Japón, 7,150; Francia, 4,928. Por otro lado, Irán usa 3,072; Nicaragua 571; Sudán 268 y Yemen apenas 91. Si las sociedades imperiales hoy parecen "limpias", es porque descargan toda su basura (incluso la nuclear) sobre nosotros. Sobre todo, "externalizan" toda su producción sobre nosotros y consumen la parte del león - dejando a nuestros pueblos la tarea de hacerse cargo de los efectos.

Si no se mencionan esos temas, lo que se hace en realidad es apoyar los planes de Occidente para financiar la reconversión "verde" del planeta a cambio del establecimiento de una dictadura mundial de las multinacionales estadounidenses y europeas. El objetivo de esa política es hacer desaparecer a quienes, según las potencias occidentales, "estamos de sobra".

Ejemplo de este tipo de ambientalismo imperial lo tenemos en organizaciones como Population Matters, que con ayuda de personalidades públicas occidentales, publica vídeos de famosos como Greta Thunberg alertando de que el cambio climático "se ve agravado por nuestro enorme y creciente número de habitantes. Nuestro impacto en el medio ambiente es producto de nuestro consumo y de nuestro número. Debemos hacer frente a ambos".(1) Ese ecologismo maltusiano no es el ecologismo de los pueblos.

Esa es la agenda siniestra que los líderes del Abya Yala deben denunciar y no andar confundiendo los términos de quiénes son los que verdaderamente ponen en peligro a la humanidad y a la Madre Tierra.

Petro se lamenta de que "hay un fracaso total, civilizatorio, de la humanidad". Sí señor, es la "civilización" occidental del mundo la que se está viniendo abajo, y la tarea de los pueblos del Abya Yala, y de los pueblos del mundo, no es rescatarla, sino más bien favorecer el advenimiento de una civilización multipolar postoccidental. La vida de la Madre Tierra depende de ello.

(1) Max Ajl: A People's Green New Deal, Pluto Press, pág 65 2021.