El agente CIA Carlos Alberto Montaner, con sus colegas Enrique Ros, padre de la congresista Ileana Ros-Lehtinen (promotora de la Nica Act), y Horacio Aguirre Baca, fundadnor del diario Las Américas. (Fuente: Granma) |
"El
problema no se soluciona con parches, sino con medidas drásticas. Es
la hora de los cirujanos de hierro, no de las 'curitas'"
escribe hoy el terrorista cubano Carlos Alberto Montaner, desesperado
porque Trump da pruebas que que aún conserva
algún anclaje en la realidad y muestra reticencias en seguir
adelante con el guion de la intervención militar contra Venezuela
elaborado para él por Marco Rubio, Mike Pompeo, John Bolton y Elliot
Abrams.
Montaner alerta
contra quienes proponen para el país bolivariano la aplicación del
“modelo nicaragüense”, es decir, realizar unas elecciones y
aceptar el control real que tienen el chavismo y el pueblo venezolano
todo sobre partes muy importantes del andamiaje institucional del
país como por ejemplo, la Policía y el Ejército, para no hablar
del petróleo, que sigue siendo propiedad pública.
Con lo de “modelo
nicaragüense” Montaner hace referencia a la propuesta de que se
realicen en Venezuela unas elecciones dentro del marco institucional
vigente y que quien salga vencedor gobierne dentro del marco de
esas instituciones. Como se
sabe, en 1990 el pueblo nicaragüense fue a las urnas y votó en
medio de un gran chantaje por una oposición apoyada por Washington
que lo único que ofrecía era parar una guerra sangrienta auspiciada
por Washington.
El
pueblo votó —amplios sectores de
él votaron por la oposición
en contra
de su voluntad— tras lo cual el Frente Sandinista entregó el poder
a la vencedora Unión Nacional Opositora. Sin embargo, la derrota
electoral no desembocó en un genocidio de los muchos cientos de
miles de sandinistas que había en el país gracias a que no le
entregaron las armas a aquellos que querían “medidas drásticas”
y “cirugías de hierro” como las que pregona el ex-cubano Carlos
Alberto Montaner.
Antes de seguir
adelante es bueno recordar quién es Carlos Alberto Montaner.
Decíamos al inicio que es un terrorista. No se puede llamar de otra
manera a alguien que siendo un menor de edad huyó de La Habana en
1961 con apoyo de la CIA por haber sido miembro de la célula que el
24 de diciembre de 1960 realizó el atentado con explosivo C4 en la
tienda
Flogar de la capital cubana en el que muere el niño Juan René
Maragosa, de 13 años de edad.
Montaner, terrorista
y golpista
Ya a salvo en los
Estados Unidos, Montaner se dedicaría a trabajar de lleno a sus
patrones de la CIA. Entre otros hechos de terrorismo se pueden
mencionar sus actividades en Fort Benning, Florida, junto con otros
connotados terroristas como Luis Posada Carriles, Jorge Mas Canosa y
Orlando Bosch, especialmente en lo que se dio en llamar "La
Guerra por los Caminos del Mundo", una campaña que consistía
en poner bombas en las embajadas cubanas en otros países. Montaner
tenía su base en la España de Franco, desde donde planeaba
atentados en toda Europa. Uno de los agentes que ayudó a introducir
de contrabando al viejo continente, el terrorista Juan Felipe de la
Cruz, explotó en 1973 en un apartamento de los suburbios de París
mientras manipulaba una de sus bombas.
Desde ese entonces
Montaner jamás dejó de estar involucrado en el terrorismo, a pesar
de la fachada de analista político que le ha sido dado por los
medios occidentales. Por ejemplo, días antes del golpe del 30 de
septiembre de 2010 contra Rafael Correa, se le vio en
Quito junto al golpista Lucio Gutiérrez en un seminario sobre el
"Socialismo del Siglo XXI". Prácticamente no ha habido
conspiración contra nuestros pueblos en la que Montaner no haya
participado de una u otra forma (en realidad, casi siempre de la
"otra forma").
Golpistas
preocupados
La publicación de
la nota de Montaner en estos precisos momentos no es gratuita. Los
sectores más retrógrados, agresivos y corruptos de la política
estadounidense, que son los que quieren intervenciones militares en
Nuestra América, están preocupados porque la realidad tercamente
está perturbando sus sueños de grandes cruzadas militares en
América Latina. A Trump parece que francamente no le seduce mucho la
idea de embarcar una gran cantidad de tropas contra Venezuela y dejar
“en pampas” el Oriente Medio, especialmente considerando que no
puede contar con los europeos para semejante aventura.
El ex secretario de Estado Collin Powell consideró más tarde "una mancha en su carrera" el haber mentido de esta manera en la ONU para invadir a Irak en 2003. |
No hay hoy en día
una opinión pública mundial, ni un consenso en el sistema de
Estados, que se trague inocentemente el cuento aquel del general
Collin Powell agitando un frasquito con harina diciendo que era
ántrax —la “prueba” de que Irak tenía armas de destrucción
masiva y que por eso había que invadirlo. Venezuela no amenaza a
nadie y es imposible convencer a amplias masas de que lo mejor para
el país bolivariano son los marines. Por eso la desesperación de
gente como Montaner a la que reconocemos a la legua en países como Cuba,
Venezuela y Nicaragua.