viernes, 18 de noviembre de 2022

Logros en la tierra de Sandino animan al pueblo brasileño


 

Por Pedro César Batista (*).

Seguimos, desde Brasil, los avances sociales, económicos y políticos en la tierra de Augusto César Sandino, Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge, obtenidos gracias a la unidad revolucionaria y la organización popular, bajo la dirección del FSLN, bajo el mando del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta, Rosário Murilo, lo que nos lleva a tener gran admiración en la construcción de una sociedad que garantice la justicia social y la paz para la gran mayoría de la población. Al mismo tiempo, observamos la intensa propaganda de calumnias y mentiras, coordinada por vehículos al servicio del imperialismo, en contra de la soberanía del pueblo nicaragüense, que enseña el camino para conquistar la dignidad y la soberanía, al decidir no renunciar a ser propietarios de su destino.

Las elecciones municipales del pasado 6 de noviembre, cuando se eligieron alcaldes y vicealcaldes en los 153 municipios de Nicaragua, evidenciaron el alto nivel de conciencia adquirido por la población, resultado del permanente trabajo de base desarrollado por el FSLN, que realiza una labor que asegura que el poder político viene de abajo hacia arriba, de la base de los trabajadores organizados, que apoyan al gobierno central, lo que hizo posible la victoria del Frente Sandinista en todas las ciudades. Esto asusta a la burguesía y sus aliados, porque dentro de Nicaragua, el imperialismo y sus lacayos internos y externos ya no son capaces de engañar y atemorizar al pueblo que, en su gran mayoría, actúa como principal pilar de sustentación del proceso revolucionario.

El trabajo de base permanente, desarrollado por el FSLN, tiene mucho que enseñar a las organizaciones que representan al pueblo brasileño, ya que muestra cómo se desarrollan las condiciones subjetivas para la acumulación de fuerzas y la organización popular, como lo demuestran los resultados de las elecciones municipales, lo que significó una gran victoria y avance para el FSLN y las conquistas del pueblo nicaragüense.

Somos conscientes de las duras luchas libradas por el FSLN, desde su fundación, con el enfrentamiento a grupos armados, bandas terroristas y la poderosa campaña mediática para quebrantar el espíritu de combate y unidad de la organización. Fueron décadas de duras guerras con muchas vidas perdidas y daños económicos. Estas luchas nos han demostrado que es posible derrotar a los enemigos y fortalecer las trincheras revolucionarias, a partir de la capacidad de superación y la resistencia política, conservando siempre los compromisos con la transformación social profunda y la construcción de una sociedad donde la justicia social y la dignidad humana guíen todas las acciones.

EEUU propaga intensamente, a través de sus canales de comunicación, que es el modelo de democracia para el mundo. En realidad, lo que quieren es que los pueblos se arrodillen y permanezcan para ellos eternamente como depósitos de recursos naturales al servicio de sus intereses. Para ello colocan en los países que se someten a esta dominación, gobiernos que actúan como funcionarios de la Casa Blanca. La revolución victoriosa de 1979 mostró al mundo que Nicaragua ya no estará sujeta a los dictados del imperialismo.

La democracia estadounidense es una farsa cuando dice que hay una rotación de partidos en el gobierno. Sean demócratas o republicanos, la política imperial sigue siendo la misma, profundizando la explotación de la clase obrera estadounidense, con creciente pobreza y violencia, mientras aumenta su poderío militar para atacar a otras naciones, con acciones criminales, invasiones militares o mediante guerras híbridas, como lo hicieron. en Brasil en 2016, cuando organizaron el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, en un golpe de Estado con una acción legal, el lawfair. Acusaron al presidente y encarcelaron al presidente Lula da Silva para colocar un gobierno servil en Washington, que privatizó sectores estratégicos de la economía, quitó cientos de derechos a la clase trabajadora y realizó contrarreformas, aplicando recetas neoliberales. Para EEUU y sus lacayos, la democracia debe servir a los intereses económicos de las grandes empresas, las transnacionales y los bancos, profundizando la dependencia y explotación de los pueblos.

Lo que hemos visto y aprendido de la democracia en Nicaragua es lo contrario a lo que ha aplicado el imperialismo, donde los gobiernos nacionales son vendedores de la patria. En la tierra de Sandino comprobamos la garantía de la participación efectiva de la población en el apoyo a la soberanía nacional, la cual, organizada y movilizada, tiene la fuerza de conservar su poder para definir nuevos rumbos y decisiones, con movilización e integración efectiva entre lo pueblo. El FSLN y organismos estatales aseguran vigilancia y movilización permanente ante las continuas acciones delictivas de agentes estadounidenses.

Las elecciones municipales son prueba de ello. Una vez más, la expresiva participación de la población, en un proceso electoral para elegir a sus líderes, muestra la sincronía entre pueblo y gobierno en la defensa del Estado. Se destaca la participación del 57% del electorado total con derecho a voto, mientras que en EE.UU., en las elecciones de medio término, para elegir parlamentarios, la participación fue 10% menor que en Nicaragua, con el 47% del electorado yendo a votar. Significa que la población nicaragüense tiene más participación, conciencia e interés, lo que garantiza mayor representatividad del proceso electoral, líderes electos y fortaleza al gobierno, con base en el análisis de la participación electoral en ambos países.

APOYO CRECIENTE AL FSLN

SEGÚN el Informe de Adolfo Pastran, ha habido un número creciente de votos para el Frente Sandinista en los procesos electorales: “en 1990 el FSLN recibió 550.442 votos; en 1996, 551.421; en 2000, 603.885; en 2004, 709.098; en 2008, 941.199; en 2012, 1.314.317; en 2017, 1.283.003 y este año 2022, 1.494.668”. Este crecimiento en el apoyo de la población refleja la confianza popular y el resultado de la organización y el trabajo sobre las bases que sustentan las conquistas sociales y políticas.

La expresiva participación y grandiosa victoria del FSLN, en las elecciones municipales del 6 de diciembre, prueba la unidad monolítica que se forma entre el pueblo nicaragüense, capaz de comprender que es necesario preservar las conquistas históricas obtenidas con la Revolución Sandinista, para crear las condiciones para avanzar y fortalecer la capacidad económica y política para superar los ataques del imperialismo y sus agentes internos.

Nicaragua, Cuba y Venezuela representan gobiernos que se atreven a forjar una sociedad nueva, libre, soberana y digna, legítimos representantes de los intereses de sus naciones, por eso aquí en Brasil, a través de las acciones del Comité Antiimperialista General Abreu e Lima, denunciamos y combatimos los crímenes practicados por EE.UU. contra nuestros pueblos hermanos, que simbolizan la posibilidad real del control popular del Estado, mediante el desarrollo de políticas que sirvan a los intereses de la mayoría de la población y no de los capitalistas, chupasangres que sólo se preocupan con provecho y manteniendo sus privilegios.

Aquí en Brasil, así como en toda América Latina y el Caribe, enfrentamos una criminal campaña de mentiras y agresiones contra los referentes que Nicaragua simboliza para los trabajadores y las capas populares. Canales de televisión, periódicos y sitios de internet difunden desinformaciones, falsedades y ofensas, con la sordidez de los agentes del imperialismo, que repiten los discursos de la Casa Blanca. Esto, lamentablemente, también lo repiten sectores de una izquierda rosa, llamada progresista e identitaria, que actúa como ventrílocuo reverberando las acusaciones propagadas por los medios imperialistas. Estas falsedades y calumnias las enfrentamos permanentemente a través de debates, artículos, estudios de base y acciones de calle en solidaridad con la Revolución Sandinista, el FSLN, el gobierno del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosário Murilo.

LAS ELECCIONES DE BRASIL DERROTAN A UN LACAYO DE EE.UU.

Acabamos de vivir una dura campaña electoral para la Presidencia de la República de Brasil, con el actual presidente, Jair Bolsonaro, derrotado por Lula, que ganó con una diferencia de poco más del 1% de los votos. Bolsonaro volvió a realizar una campaña con mucho dinero y difusión de Fake News, utilizando un discurso sustentado en el miedo al comunismo, mentiras contra Nicaragua, Venezuela y Cuba, además del uso del aparato de Estado y del Presupuesto Público. En 2018, solo fue elegido después de la operación de la CIA que organizó la Operación Lava Jato, que arrestó a Lula y lo sacó de la carrera.

Con la derrota de Bolsonaro, sus seguidores, guiados por Esteve Bannon, intentaron repetir lo que hizo Donald Trump en EE.UU. tras su derrota ante John Biden. Organizaron un movimiento en las calles que no reconoció los resultados de las elecciones y llamó a un golpe militar. Hasta este momento aún persisten sectores fascistas, movilizados para no aceptar la victoria de Lula, que representó una importante conquista contra el fascismo, que ha crecido, no sólo en Brasil, sino en muchos países.

La elección de Lula da Silva a la presidencia apunta a un importante punto de inflexión en la política brasileña, especialmente en la política exterior, ya que tendrá la tarea de revertir el daño causado al pueblo brasileño y retomar los lazos de amistad y solidaridad entre los pueblos de la región, especialmente.

Brasil necesita retomar los lazos históricos de amistad con los pueblos latinoamericanos y caribeños, en especial con el pueblo nicaragüense y el FSLN, fortalecer la CELAC, el ALBA y la UNASUR, retomar los negocios y el intercambio con los pueblos cubano, venezolano y nicaragüense.

Estados Unidos intentará influir en las relaciones internacionales de Brasil, pero seguiremos movilizándonos junto al pueblo de Nicaragua y el FSLN, exigiremos al gobierno del presidente Lula que retome de inmediato las relaciones históricas entre Brasil y Nicaragua, pueblos hermanos que deben acercarse cada vez más en pos del sueño de Simón Bolívar, la Patria Grande.

Que el ejemplo de movilización, organización y unidad del pueblo nicaragüense inspire a las fuerzas de la izquierda brasileña, como el FSLN ha mostrado al mundo que un pueblo consciente y unido puede ser soberano y construir la justicia social, fomentando así la construcción de naciones soberanas y el fortalecimiento de la amistad y la solidaridad entre los pueblos en la lucha antiimperialista.

* Pedro César Batista, periodista, escritor, internacionalista y secretario ejecutivo del Comité Antiimperialista General Abreu e Lima.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Las amenazas de la OTAN al corazón del Abya Yala

Cuencas hidrograficas de América del Sur:
En verde, la cuenca del Amazonas,
y en morado, la cuenca del río de la Plata.

Ante una nueva ola de gobiernos de autodefinida orientación progresista en los últimos años en varios países de la región, se advierten alarmantes maniobras de parte de los Estados Unidos y la OTAN con el fin de impedir un acercamiento de los países del Abya Yala a China y Rusia, especialmente a partir de la actual guerra en Ucrania, que amenaza con dar al traste con la hegemonía occidental en el mundo.

Estas maniobras parecen estar enfocadas principalmente en la selva amazónica habida cuenta de su significación estratégica global desde el punto de vista climático, ecológico, biogenético y económico.

Black Hawks “ecológicos” sobre Colombia

En Colombia, el recién electo pesidente Gustavo Petro anunció a inicios de septiembre un acuerdo con la general Laura L. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, para desplegar helicópteros Black Hawk para “combatir incendios” en la Amazonía.

En una entrevista para el diario El País de España, el mandatario colombiano dijo:

«Yo lo que intento es llevar el diálogo con los Estados Unidos a un eje diferente que es el tema de la crisis climática y de ahí la importancia de la selva amazónica. He logrado algunos cosas: la conversación con la OTAN –de la cual somos miembros, no sé, un estátus rarísimo ahí, pero ahí estamos metidos, creo que es el único país latinoamericano un eso– que es llevar a la OTAN al cuidado de la selva amazónica, prestando una colaboración tecnológica en esto.

Con los Estados Unidos hemos logrado que se cree ya la primera unidad militar con helicópteros de estos, Black Hawk –doce–, que será la primera unidad, más que militar, policial, de apagar incendios en la selva amazónica. Es un cambio completo en lo que siempre ha sido la ayuda militar norteamericana (…) ya es un logro, ya están tres helicópteros de esa función, y quiero seguir jalonando un poco de ese hilo porque me parece que por allí se puede construir un diálogo mucho más positivo con los Estados Unidos de lo que hasta ahora ha sido la mal llamada guerra contra las drogas.»

Según Roger Harris, de la organización antiimperialista de derechos humanos Task Force on the Americas, «La OTAN es un instrumento primordial del dominio imperial estadounidense. Es la guardia pretoriana de Washington proyectada a escala mundial».

Dice Harris que en 2017, Colombia se convirtió en uno de los Socios Globales de la OTAN y el primero en América Latina. En febrero, Colombia realizó un provocativo simulacro naval conjunto con la OTAN cerca de Venezuela, que incluyó un submarino nuclear.

La visita de Richardson a Colombia fue parte de una gira que realizó por varios países de la región con el expreso fin de contrarrestar la influencia de China y de Rusia, y de promover el aislamiento de, especialmente, Nicaragua, Cuba y Venezuela.

Francia y la Amazonía

El 11 de noviembre, el mandatario colombiano dijo que el presidente francés Emmanuel Macrón le ofreció “ayuda” con el tema la preservación de la Amazonía y con su proyecto de Reforma Agraria –una de sus promesas clave de campaña.

No se sabe exactamente qué fue lo que Macrón le pidió a cambio a Petro, pero para tener una idea de su compromiso con la Amazonía, en 2019 el francés imperiosamente instó a las naciones del G7 a intervenir: “Es una crisis internacional”, dijo. De ese llamado se hicieron eco el secretario general de la ONU, António Guterres, al igual que los líderes políticos de otras antiguas potencias coloniales, como Alemania.

Como potencia nuclear y antigua potencia colonial, Francia cuenta con su departamento de ultramar de la Guayana Francesa, fronterizo con Brasil y a escasos 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas.

Desde allí, Francia lanza sus cohetes espaciales. Además, el país galo posee uno de los sectores biotecnológicos más fuertes de Europa, por lo que un acceso preferencial a la biodiversidad de la selva amazónica, con abundantes especies aún desconocidas por la ciencia y genes que patentar, representaría enormes ganancias para sus empresas en ese sector.

Otra fuente de interés para Francia es la vasta riqueza petrolera en las vecinas Guyana y Venezuela. En la actual coyuntura de la guerra en Ucrania, Macrón –con minoría parlamentaria– enfrenta una situación difícil tras las intensas movilizaciones y huelgas intersectoriales durante los meses de septiembre y octubre en su paísa a causa de los precios de la electricidad, el gas y el petróleo.

Esto ha motivado el acercamiento del presidente francés a su par venezolano, Nicolás Maduro durante la pasada cumbre del clima en Egipto. En la reunión, Macrón abordó a Maduro llamándolo “señor presidente” y desmarcándose así en la práctica de la posición de los países de la OTAN que desconocen al gobierno bolivariano y reconocen al ilegítimo Juan Guaidó.

Sea cual sea el motivo de fondo del interés francés en la Amazonía, un acuerdo con el gobierno de Petro coloca al país galo en una posición de influencia sobre ambos extremos de la globalmente estratégica cuenca.

Lula: otro cordero entre lobos

El Brasil es otro país en el que la Amazonía ha sido relevante al convertirse en tema de debate mundial y especialmente local, ya que fue una de las cuestiones más importantes tratadas en la reciente campaña electoral que marcó el regreso al gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva.

Por un lado, resultó evidente la antipatía de la actual administración demócrata y las élites europeas hacia el derrotado presidente Jair Bolsonaro y el desprecio de este último por la emergencia climática, abriendo de par en par las puertas al despale indiscriminado de la selva en beneficio de los grandes terratenientes y de todos aquellos que se han han sacado partido de los robos de terrenos públicos de bosque virgen (conocido como grilagem) a lo largo de la historia reciente del país.

Por otro lado, Lula ha invitado a los europeos a “invertir” en proyectos ecológicamente sostenigles en la región y ha asegurado que eso se hará respetando la soberanía brasileña. Sin embargo, no se tienen muchos detalles al respecto.

Lo cierto es que Lula enfrenta un panorama futuro muy difícil, en tanto en que no tiene mayoría parlamentaria, dependiendo de acuerdos con sectores del gran capital (incluídos los agronegocios, tan beneficiados por Bolsonaro), y una oposición férrea del propio ex-capitán del ejército dentro y fuera del Parlamento.

La exitosa reducción de la pobreza lograda por Lula en su primer período de gobierno (2003-2010) se dio en un contexto radicalmente distinto al actual.

Los datos económicos de Brasil y del resto del mundo muestran que la tasa de ganancia y de rentabilidad financiera desde el año 2010 no han hecho otra cosa que caer, dando al traste con la alianza de clases construida por Lula durante su primer período en el poder.

Si en el pasado Lula y el PT se habían vuelto expertos en alianzas con fuerzas políticas hostiles o de lealtades dudosas, la situación actual es mucho más desfavorable para un proyecto popular.

Por otra parte, el analista Andrew Korybko advierte que “una fracción del PT podría ser usada por EEUU para sus fines injerencistas”. Para el autor del libro “Guerras Híbridas: revoluciones de colores y guerra no convencional”, la intervención estadounidense en Brasil no cesará bajo el nuevo gobierno de Lula, pero sí cambiará de forma.

¿Podría esta “nueva forma” de injerencia implicar la desestabilización radical del gigante sudamericano para dar pretextos a la OTAN de intervenir y “salvar” a un Lula políticamente maniatado?

Podemos constatar que todos los elementos para una desestabilización total del Brasil están servidos, habida cuenta los problemas estructurales de la economía, el escaso peso parlamentario del partido de Gobierno y la seria polarización en la calle entre los partidarios de Bolsonaro y los partidarios de Lula.

El fin del reformismo occidental

Ni la oligarquía brasileña, ni los capitales occidentales, sometidos a la dictadura de las finanzas, apoyarán una nueva ola desarrollista, ni del PT en Brasil, ni de Petro en Colombia, ni en ningún otro lugar del Abya Yala (ni del mundo).

No puede haber un ”nuevo trato verde” con los occidentales, ni en su variante anglosajona (EEUU/Inglaterra), ni en su variante europea. Además, las élites tecnológicas de Sillicon Valley en Estados Unidos, tienen profundos lazos con el complejo agroindustrial occidental de empresas como Monsanto. Bill Gates es un ejemplo de esta élite presuntamente ecológica. A raíz de la pandemia de la Covid, Gates se convirtió en uno de los más grandes propietarios de tierra agrícola en los EEUU. Asimismo, sus estrechos lazos con Monsanto y sus proyectos de “capitalismo verde” en el África son ampliamente conocidos.

El plan secesionista contra Bolivia sigue vivo

Al mismo tiempo, en Bolivia se reactiva la movida golpista-secesionista en el departamento de Santa Cruz con otro violento e indefinido «paro cívico» con la bizarra demanda de adelantar un año la realización de un censo nacional promovido por el Gobierno.

Por lo general los censos nacionales despiertan los resquemores de la oposición a causa de su costo o del contenido de las preguntas planteadas a la población, pero rara vez se convierten en causas de protestas violentas con cortes de carreteras, ataques a civiles y a edificios públicos, etcétera.

El promotor del paro no es otro que el gobernador Luis Fernando Camacho, uno de los principales operadores del golpe del año 2019 que derrocó al presidente electo Evo Morales y apenas duró un año en el poder. El principal apoyo de Camacho es (otra vez) la Juventud Cruceñista, un grupo paramilitar fascista con muchos intentos violentos por derrocar al gobierno indígena y socialista del MAS en su haber.

Asimismo, el teatro del denominado paro cívico no es otro que el departamento de Santa Cruz, eje privilegiado de la denominada “media luna” secesionista de departamentos amazónicos en Bolivia. La Amazonía boliviana constituye el 43% del territorio nacional y desde el punto de vista ecológico abarca los departamentos de Pando, Beni, Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, en un total de 88 municipios.

La partición de Bolivia se planeó mucho antes de que Evo Morales llegara al poder a finales de 2006.

Mark Falcoff (Foto: AEI)

Mark Falcoff, el asesor de la administración Bush para América Latina y una figura destacada en la política latinoamericana de EE.UU. durante 30 años, es visto como uno de los ideólogos del plan imperial para destruir al país. En su artículo “¿Los últimos días de Bolivia?”, publicado en American Outlook en mayo de 2004, Falcoff predijo la división étnica de Bolivia tras la oleada de levantamientos populares que desembocaron en el derrocamiento del presidente Sánchez de Lozada en 2003.

En su artículo, Falcoff señala: «…un hecho fundamental sobre Bolivia, a saber, que es una sociedad dividida a lo largo de dos grandes líneas de fractura: la raza y la geografía. La república tiene dos regiones distintas: el altiplano andino (departamentos de Potosí, La Paz, Cochabamba y Oruro) y una media luna de departamentos situados en zonas más bajas, tropicales o semitropicales (Pando, Beni, Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija).»

Falcoff contrasta la situación en la Bolivia andina, pobre, con cultivo de coca para fabricar droga, violenta, subdesarrollada y levantisca con la próspera Santa Cruz, que generando el 51% de los ingresos del país solo recibía “un pequeño porcentaje” de las ganancias generadas por el petróleo y el gas.

Por eso Falcoff recomienda una nueva constitución que debería “remediar la necesidad de descentralizar la autoridad y los recursos” acompañada de “un verdadero intento de solución federal, con una redistribución regional de los recursos y una política energética racional”, es decir, dejar que los pobres de Bolivia se cocinen en su propia miseria mientras los europeizados bolivianos “amazónicos” de Santa Cruz y sus departamentos satélites se acojan a los beneficios de la explotación de los recursos naturales y las inversiones de las multinacionales occidentales.

El denominado “Triángulo del litio”,
entre Bolivia, Argentina y Chile,
que concentra más del 85 %
de las reservas de
ese metal en todo el planeta.

Ahora el plan imperial para Bolivia ha cambiado un poco, porque los inmensos yacimientos de litio que se han descubierto en los últimos años no se encuentran en la media luna amazónica sino en el oeste y suroeste del país, pero las implicaciones de la potencia energética y minera en la que Bolivia se está convirtiendo hacen para el imperio más urgente que nunca la necesidad de dividir al país andino impulsor de radicales transformaciones sociales.

OTAN apunta al corazón del Abya Yala

A fines de octubre, parlamentarios del MERCOSUR advirtieron sobre la existencia de un acuerdo sobre la posible participación de ingenieros del ejército de EEUU en el dragado y ampliación de la hidrovía Paraná-Paraguay, una importante vía de salida de la producción agrícola y minera del cono sur.

Cuenca del Río de La Plata.
 

Esta hidrovía pertenece a la cuenca hidrográfica del río de la Plata, una de las más largas del continente en dirección norte-sur, limitando con la cuenca amazónica. La denuncia fue recogida por el Gobierno argentino, que de inmediato hizo un reclamo al Estado paraguayo, responsable del acuerdo con los Estados Unidos.

El fin de la hidrovía es permitir la navegación de naves de gran calado con grandes volúmenes de carga los 365 días del año, rectificando el trayecto y eliminando islas y otros obstáculos. La presencia de especialistas del Ejército de Estados Unidos le da al proyecto un carácter muy distinto a lo que originalmente se presentó como una obra civil.

¿Por qué estaría interesado en participar en esa obra el Ejército de los Estados Unidos? «Todos sabemos que una de las excusas que usa Estados Unidos para desembarcar en los países, si no es la ayuda humanitaria, es la lucha contra el narcotráfico», señaló al respecto el diputado nacional por Chaco Juan Manuel Pedrini.

Según Pedrini, la creciente presencia china en América Latina incomoda a Washington y Paraguay es el único país de la región que no tiene relación diplomática con Beijing, con lo cual el Plan Maestro norteamericano también responde a los movimientos de la geopolítica global. A todo esto se puede agregar que esta hidrovía representa un medio excepcional para acceder al corazón de América del Sur.

El imperio busca copar todas las agendas

Occidente no está interesado en ayudar al Abya Yala sino en controlar y explotar sus recursos. La amazonía es una región vital para el planeta y el asiento de riquezas extraordinarias. No sería extraño que Estados Unidos y la OTAN estén preparando la demolición programada de uno o varios estados de la región que les permita controlar la selva amazónica, las fuentes de litio, los campos de petróleo u otras áreas que los planificadores imperiales consideren de interés.

Si bien una serie de gobiernos progresistas se ha instalado en el sur del Abya Yala los últimos años, su fragilidad en muchos órdenes es evidente. Hay desde casos como el de Gabriel Boric en Chile, que llegó al gobierno con promesas de transformación que traicionó desde el primer momento, hasta otros como el del profesor Pedro Castillo en Perú, efectivamente rehén de un parlamento, una clase política y un poder oligárquico totalmente contrarios al programa con el que fue elegido.

A menudo estos gobiernos se ven obligados a negociar en condiciones muy desventajosas con los gobiernos occidentales y los organismos internacionales que controlan (ONU, FMI, BM, BID, OMC, etcétera) a pesar del avance de China en los últimos años en la escena mundial.

Al mismo tiempo, Occidente invierte cuantiosas sumas de dinero para influir políticamente en los países de la región y desde posiciones en apariencia totalmente antagónicas.

Por ejemplo, a inicios de Octubre, la ex guerrilla revolucionaria kurda, hoy reciclada como fachada de la OTAN para destruir Siria (Ver aquí y aquí), el PKK, fue invitado a participar en el el 35º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries en la provincia argentina de San Luis, en Argentina.

Parece que, via Europa, trostkistas y anarquistas argentinos le abrieron las puertas a este grupo, cuyas actividades nada tienen que ver con el antiautoritarismo, la autonomía de los pueblos ni los derechos de las minorías sexuales.

La tragedia de los kurdos es muy real pero tiene causas geopolíticas: No tienen salida al mar, por lo que ninguna potencia regional aceptará sin más sus pretensiones nacionalistas, pero tampoco ayuda a su causa la sumisión histórica de sus líderes a occidente.

Pero en la otra acera política también influyen los Estados Unidos. Por ejemplo, en el movimiento de personas críticas hacia el discurso oficial sobre la Covid (entre las que se cuentan muchos seguidores de movimientos conservadores de diverso signo) circulan publicaciones en distintos idiomas del sitio web The Epoch Times.

Este sitio combina noticias críticas hacia la medicina occidental, con análisis políticos cercanos al trumpismo estadounidense y un profundo odio hacia China. Más allá de acusar a China de haber causado la pandemia del coronavirus, la publicación tiene un claro sesgo contra todo lo chino.

The Epoch Times en realidad no es un grupo controlado por el trumpismo sino por los servicios de inteligencia estadounidenses. El propietario de la publicación no es otro que Falun Gong/Falun Dafa, una secta creada por la CIA en los años 90 como una manera de destruir al Partido Comunista Chino.

En 1996, el fundador de la secta Li Hongzhi emigró a los Estados Unidos desde donde se dedicó a hacer propaganda contra China y a influir sobre los chinos en el extranjero.

Desde 1999, la Comisión de Estados Unidos por la Libertad Religiosa en el Mundo (órgano de consulta del Departamento de Estado) lleva adelante una campaña permanente de contra la supuesta “persecusión religiosa” contra esta secta en China.

¿Por qué es interesante para una Casa Blanca, hoy controlada por los demócratas, seguir con una política que en realidad la llevan en el corazón los republicanos más conservadores?

El sitio de contrainteligencia del FBI hoy dice lo siguiente: «El gobierno chino ya no limita la represión sólo a la población de sus propias fronteras. La República Popular China persigue, amenaza y acosa habitualmente a los tibetanos y uigures radicados en Estados Unidos, a los miembros de Falun Gong, a los defensores de la democracia en Taiwán y Hong Kong, y a cualquier otra persona que cuestione la legitimidad o la autoridad del Partido Comunista Chino (PCC).»

Obviamente, el interés de los Estados Unidos no es el de ayudar a los tibetanos, los uigures, los miembros de Falun Gong o los defensores de la democracia, sino el impedir que países como China, Rusia o el resto de los BRICS lleven al mundo hacia la multipolaridad.

Todo esto es muy peligroso, no nos extrañe que surjan grupos con agendas sectarias y violentas, ya sea “por izquierda” o “por derecha”, para dividir a nuestros pueblos. Nada mejor para avanzar los planes del imperio en el Abya Yala que un rosario de guerras de pobres contra pobres.

Solo la conciencia civilizatoria salvará al Abya Yala

Solo a los pueblos del Abya Yala les corresponde construir su propio proyecto civilizatorio justo, inclusivo, diverso y en armonía con la Pacha Mama. Eso no lo pueden hacer los chinos, ni los eslavos, ni los árabes, ni los africanos, y mucho menos los europeos. Ese proyecto, como dijo Mariátegui, no es calco ni copia, sino creación heroica de los pueblos.

Ante un imperio occidental en decadencia que corrompe todos los debates con su constante injerencia, es fundamental desarrollar una conciencia masiva de los mecanismos de dominación y de la constante guerra cognitiva de la que son objeto.

La guerra cognitiva es más profunda que la guerra sicológica. La segunda está orientada a lograr efectos de corto plazo en los pueblos, por ejemplo, aterrorizándolos o provocándoles la ira con fines ajenos a sus intereses.

La guerra cognitiva, sin embargo, es una guerra cultural que nos hace desconfiar de otros pueblos para que al fin de cuenta hagamos lo que el amo imperial desea. No solo implanta ideas nocivas sobre los otros pueblos del mundo, sino que también nos condiciona para que veamos como natural y deseable la manera de operar del imperio.

Hoy, esta guerra se lleva adelante con poderosas tecnologías, mal llamadas “de la información y la comunicación”, que al mismo tiempo que nos empoderan, nos manipulan, someten y a la postre, derrotan. Las redes sociales no son solamente medios para transmitir ideas, sino también medios para recabar inteligencia a partir de la comunicación de los usuarios y de control social por medio de la compartimentación de las interacciones sociales y las dinámicas de adicción que generan.

Afortunadamente, los pueblos pueden vencer a la manipulación imperial, como lo demuestran las derrotas de las “revoluciones de colores” imperiales en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y recientemente en Cuba.

Para salir del perverso círculo vicioso de la guerra cognitiva del imperio, los pueblos necesitan tener conciencia civilizatoria y conocer mejor los mecanismos y tecnologías actuales de la dominación imperial, pero también deben conocer sus propias raíces. Los pueblos que saben quiénes son no pueden ser derrotados por la guerra cultural del imperio.

Almagro con fecha de caducidad

 


Por Zonafrank

El pasado 11 de noviembre el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por abrumadora mayoría que se realice una investigación externa al secretario general, Luis Almagro, sobre presuntas faltas éticas en las que habría incurrido al mantener una relación íntima con una de sus subordinadas, según reporte de  Independent.

Treinta países miembros de la OEA, incluyendo a Estados Unidos, México y Uruguay, votaron en favor de que una compañía externa investigue las denuncias de que Almagro pudo haber violado el código de ética interno.

Al parecer, Almagro se ha convertido en un estorbo para el gobierno de EEUU, cuyo representante ante la OEA, Frank Mora, ya trabaja para sustituirle, según reveló en un trino en twitter el periodista Katu Arkonada.

El nefasto personaje ha contribuido en los últimos años a profundizar el descrédito de la OEA a nivel latinoamericano, utilizando al organismo, una vez más, como instrumento político operado desde Washington.

Además de su “affaire” con la mexicana Marian Vidaurri, otros motivos de mayor peso incidirían en la sustitución del Secretario General, como el “no” fraude en Bolivia (avalado por la OEA) que provocó un golpe de Estado y la condena por difamar al brasileño Paulo Abrau de la CIDH.

No es de extrañar que puertas adentro de la OEA haya un estado de opinión negativo generalizado y un motín de los empleados contra Almagro, que piden su salida, como señala Arkonada. Sobre la relación amorosa con su subordinada mexicana, parece constatarse que ha violado el código de ética de la propia organización, potenciando de manera ilegal la carrera de Vidaurri, lo que ha generado malestar y desconfianza.

Voces como la del canciller mexicano Marcelo Ebrard han sido contundentes sobre la implicación de la OEA en el golpe de estado en Bolivia, señalando de «muy dudosas y cuestionables actuaciones para intervenir en procesos internos».

A ello se suma la prevaricación para intervenir y tratar de impedir la ratificación de un segundo mandato al brasileño Paulo Abrau, Secretario Ejecutivo de la CIDH, lo cual fue denunciado por el Grupo de Puebla, que además pidió la renuncia de Almagro «por haber violado normas internas, no haber respetado el Estatuto de la CIDH, violación del debido proceso, el derecho de defensa y la presunción de inocencia y difamación».

Sobre el tema, señala Arkonada que Estados Unidos no tiene amigos permanentes, sino intereses permanentes, por lo que todo indica que la decisión de sustituir a Almagro ya está tomada. El debate está en buscar una fecha temprana para ello. Su caducidad está definida.

Poco tienen los latinoamericanos que esperar de la OEA y por tanto tampoco del nuevo personaje que sustituya a Almagro, tal vez menos dañino y despreciable, eso sí. Sin embargo, los cambios que se produzcan en la OEA van a tener repercusiones “en una región que vira hacia la izquierda, y en unos EEUU que ya miran a las presidenciales de 2024”.

 

martes, 15 de noviembre de 2022

(VIDEO): La geopolítica de la movida golpista en Santa Cruz, Bolivia

El periodista Néstor Espinosa entrevista a Jorge Capelán en el programa Sumando Vigores, del canal 37, Extraplus, sobre el contexto geopolítico de la movida golpista contra el gobierno del MAS ejecutada bajo el pretexto de la realización de un censo en Bolivia.

sábado, 12 de noviembre de 2022

La OTAN en el Amazonas: Petro juega con fuego


Por Roger Harris, Counterpunch.

La OTAN se ha expandido recientemente a Suecia y Finlandia, se ha incorporado de facto a Ucrania, y podría extenderse a Georgia. Ahora se está preparando la entrada de la OTAN en el Amazonas bajo la égida del recién elegido Presidente de Colombia, Gustavo Petro.

La OTAN es un instrumento primordial del dominio imperial estadounidense. Es la guardia pretoriana de Washington proyectada a escala mundial.

A principios de este mes, el presidente Petro invitó a las fuerzas militares de EE.UU. y la OTAN a la Amazonia con el pretexto de que la maquinaria de guerra imperial podría ser reutilizada como “policía” destinada a proteger el medio ambiente en lugar de la vieja artimaña de la guerra contra las drogas. Propuso el despliegue de helicópteros Black Hawk estadounidenses para apagar incendios. Antes de la coartada medioambiental, el pretexto para la militarización de la selva era la interdicción de los narcóticos.

Petro describió su “conversación con la OTAN” como “extraña”, pero se apresuró a añadir “ahí estamos”. Legitimó la ocupación militar de EE.UU. en Colombia -una informó nueve bases- como “más una unidad policial que militar”. Increíblemente, afirmó que la continuación de la ocupación era un “cambio completo de lo que siempre ha sido la ayuda militar de EEUU.”

La OTAN en Colombia

Colombia ha sido el niño del cartel de la Doctrina Monroe -una afirmación de la hegemonía de EE.UU. sobre el hemisferio que se remonta a 1823- y el principal estado cliente de EE.UU. en las Américas. Tanto Hillary Clinton como Joe Biden promovieron a la nación sudamericana en sus campañas presidenciales estadounidenses como un modelo para el resto de América Latina.

En 2017, Colombia se convirtió en uno de los Socios Globales de la OTAN y el primero en América Latina. En febrero, Colombia realizó un provocativo simulacro naval conjunto con la OTAN cerca de Venezuela, que incluyó un submarino nuclear.

Luego, el 10 de marzo, Colombia se convirtió en un “Aliado Mayor no perteneciente a la OTAN” de EE.UU., lo que le dio a Colombia un acceso especial a los programas militares. Biden explicó: “Este es un reconocimiento de la relación única y estrecha entre nuestros países”.

Del 26 de agosto al 11 de septiembre, los ejércitos de EE.UU. y Colombia realizaron ejercicios conjuntos de la OTAN. Durante este periodo, la general del ejército estadounidense Laura Richardson, comandante del Comando Sur de Estados Unidos, realizó una visita de cinco días para reunirse con el nuevo presidente electo. La general se deshizo en elogios hacia “nuestro socio número uno en materia de seguridad en la región”, describiendo a Colombia como el “eje de todo el hemisferio sur”.

El comandante del Comando Sur también se reunió con la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, para discutir la implementación de la iniciativa hemisférica “Mujer, Paz y Seguridad”. Richardson concluyó que “el hemisferio occidental es en gran medida libre y seguro gracias a los esfuerzos estabilizadores de Colombia”.

Cuando Petro asumió su cargo por primera vez, se desmarcó de la postura de EE.UU. y la OTAN sobre la guerra por delegación de EE.UU. contra Rusia en Ucrania, abogando por una paz negociada neutral el 21 de septiembre. Dos semanas más tarde cambió, uniéndose a la resolución liderada por EE.UU. en la Organización de Estados Americanos que condenaba enérgicamente a Rusia. la “invasión no provocada” de Rusia y exigiendo unilateralmente su retirada.

El lavado verde de la OTAN en la Amazonia

Legitimar la intervención militar extranjera en la región del Amazonas con el pretexto del ecologismo no es una idea nueva. Poco preocupado por las sutilezas de la soberanía nacional, Al Gore dijo al Senado estadounidense en 1989: “El Amazonas no es su propiedad. Nos pertenece a todos”.

Más recientemente, en 2019 y en respuesta a los incendios en la Amazonía brasileña, el presidente francés Emmanuel Macron imperiosamente instó a las naciones del G7 a intervenir: “Es una crisis internacional”. El secretario general de la ONU, António Guterres, se hizo eco del sentimiento de Macron, al igual que los líderes políticos de otras antiguas potencias coloniales, como Alemania.

Quora se preguntó retóricamente: “¿Por qué la OTAN no invade Brasil para salvar el Amazonas?”. La Asociación de la OTAN de Canadá, por su parte, argumentó que se trataba de una “acción exterior”: “Las amenazas a la seguridad medioambiental, como los incendios en la selva amazónica, afectan al medio ambiente mundial y, por tanto, requieren un sistema de seguridad colectiva para hacerles frente”.

La lucha contra los incendios forestales y otras catástrofes provocadas por el clima se ha incorporado al siempre ámbito de aplicación en expansión de la OTAN. A los militaristas no les preocupa tanto el medio ambiente como las perturbaciones que puedan alterar el orden mundial existente.

Dado que la OTAN es un accesorio del imperio estadounidense, estas nuevas tareas ecológicas se entienden mejor no como funciones no militares sino como la militarización del ecologismo. Sus misiones “despiertas” desde el punto de vista medioambiental operan bajo una tapadera como el Programa de Ciencia para la Paz y la Seguridad de la OTAN e incluso el Programa Medioambiental de la ONU, que coopera con la OTAN.

En consecuencia, Foreign Policy consideró favorablemente la “militarización del Amazonas” por motivos medioambientales. Un artículo posterior de FP sobre quién invadirá el Amazonas predijo: “Es sólo cuestión de tiempo que las grandes potencias intenten detener el cambio climático por cualquier medio”.

Colombia: ya no es un representante automático de EE.UU.

A pesar de haber abierto la puerta a la entrada de EE.UU. y la OTAN en el Amazonas, el presidente colombiano Petro tiene en mente otras soluciones no militares para el cambio climático. En su discurso ante la ONU, Petro advirtió que “las guerras han servido de excusa para no acabar con la crisis climática”.

Mientras que naciones productoras de petróleo como EE.UU., Reino Unido y Noruega están aumentando la extracción, Petro va en la dirección contraria. Su propuesta de impuesto al petróleo y al carbón para reducir la producción y financiar proyectos sociales, la prohibición del fracking y, sobre todo, el desencadenamiento políticamente provocador de los subsidios a los combustibles podrían, sin embargo, provocar una mayor devaluación del peso y el descontento de la población.

Petro pidió a una reciente delegación del Congreso estadounidense en Colombia que interviniera ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para perdonar parte de la deuda colombiana a cambio de inversiones en economías descarbonizadas. Eso compensaría, explicó, la perturbación de la economía mundial causada con las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos (es decir, las sanciones). Petro elaboró en un discurso reciente: “Estados Unidos está prácticamente arruinando todas las economías del mundo”.

Petro también solicitó que la delegación del Congreso de EE.UU. considere la posibilidad de pagar la factura de la concesión de tres millones de hectáreas de tierra a los campesinos como parte del esfuerzo de reforma agraria de su administración. La alternativa, sugirió hábilmente Petro, sería involucrar más al rival geopolítico de Estados Unidos, China, en sus iniciativas de transición energética.

Bloomberg informa que China ya ha cerrado una serie de importantes acuerdos de infraestructura de energía renovable con Colombia. Como muestra del cambio en la balanza comercial, Colombia importó 14.800 millones de dólares de China, frente a los 14.100 millones de dólares de Estados Unidos en 2021.

El ex presidente colombiano Juan Manuel Santos había presumido en 2013 en referencia al papel regional de Colombia como Estado cliente de Estados Unidos: “Si alguien llamara a mi país el Israel de América Latina, me sentiría muy orgulloso. Admiro a los israelíes y lo consideraría un cumplido”. Un mensaje decididamente nuevo es el del presidente Petro, que ha dejado constancia de que dice que Estados Unidos “no nos quiere”.

De hecho, Petro ha aparecido en los titulares internacionales criticando la política de guerra contra las drogas de EE.UU., señalando que si bien Colombia puede haber sido históricamente el proveedor de narcóticos ilícitos, EE.UU. tiene la responsabilidad de ser el mayor consumidor. Además, Colombia ha pasado de ser el sustituto de Washington en la desestabilización de Venezuela a dar la vuelta para reconciliarse con su vecino inmediato y restablecer unas relaciones diplomáticas amistosas.

La problemática asociación de Petro con George Soros

La derecha acusa a Petro de ser un protegido de y financiado por el multimillonario George Soros, cuya Open Society Foundation ha estado activa en Colombia durante mucho tiempo. Petro es retratado por esos elementos “como manifestación de esa trayectoria ideológica de la que George Soros suele ser visto como el patriarca”. Aunque vilipendiado por la derecha, el obsesivamente anticomunista “titiritero del imperialismo humanitario” no es amigo de la izquierda.

Aunque Petro trató de distanciarse de Soros en un tuit llamándolo “capitalista especulador”, el nuevo presidente se reunió con el hijo de Soros y vicepresidente de la fundación poco después de asumir la presidencia para hablar de empresas conjuntas en el Amazonas.

El apuro de Petro: un país pequeño a la sombra del hegemón estadounidense

Ahora que la derecha asociada al ex presidente Álvaro Uribe ha sido desacreditada y derrotada electoralmente, el imperialismo estadounidense necesita una nueva cara en Colombia. Las posiciones ambiguas de Petro se entienden mejor en el contexto histórico. Por primera vez en dos siglos, unos izquierdistas putativos se han presentado y han vivido para asumir la presidencia de Colombia, un país que no sólo ha sido un estado cliente de EE.UU. sino su principal apoderado.

Su victoria es un paso esencial en la larga lucha por liberar a su atribulado país de su antiguo sometimiento al coloso del norte. Pero hay que subrayar que es ingenuo creer que Washington va a permitir que un cambio tan sísmico hacia la izquierda perdure sin oposición.

Dado el dominio de Colombia por parte de sus militares respaldados por Estados Unidos, a Petro le preocupaba no sólo ganar las elecciones sino sobrevivir después. Tanto Petro como su compañero de fórmula Márquez sobrevivieron a intentos de asesinato durante la campaña. Incluso la Voz de América advirtió sobre el “espectro del asesinato”.

El nuevo presidente de Colombia es un antiguo guerrillero de izquierdas, que ha virado hacia el centro políticamente. Pero en comparación con el gobierno de extrema derecha de Uribe y sus sucesores en Colombia, la elección de Petro y su vicepresidente Márquez constituye un cambio radical en la dirección progresista.

El movimiento regional hacia la integración y la independencia supone un reto para el afán de Estados Unidos de imponer su hegemonía en las Américas. El cambio en el ejecutivo de Colombia hace avanzar aún más este movimiento. Pero Petro ha heredado grandes limitaciones institucionales y está sometido a enormes presiones.

Paradójicamente, las mismas condiciones contra las que Petro hizo campaña, y que lo llevaron a la presidencia, se han convertido ahora en sus rompecabezas a resolver. Fuertes vientos inflacionarios están azotando a la sociedad, generados por las economías globales con las que países pequeños como Colombia deben integrarse pero sobre las que tienen un mínimo control. A medida que el coste de la vida sube, el apoyo popular de Petro en su país sufre una erosión.

El predicamento de Petro es estar atrapado entre la demanda popular de un cambio progresivo y el legado de la dominación imperial estadounidense. Colombia tendrá que encontrar los medios para resistir la mayor proyección del mando militar estadounidense en forma de OTAN. El Amazonas no necesita pirómanos para apagar sus incendios.

Roger Harris forma parte de la junta directiva de Task Force on the Americas, una organización antiimperialista de derechos humanos con 32 años de existencia.

Fuente: https://www.counterpunch.org/2022/10/28/nato-in-the-amazon-petro-plays-with-fire/

Traducción: IA


América Latina: ¿cambio o transformación?


 

Por Fabrizio Casari, Visión Sandinista.

Intentos de golpe de Estado disfrazados en Brasil, Bolivia y Perú, sanciones a Nicaragua, amenazas de invasión en Haití. Este es el sombrío y preocupante panorama que ha surgido en las últimas semanas en América Latina. El golpe expresa la actitud de Estados Unidos hacia el continente, que se encuentra en medio de una transición que ve cómo la derecha reaccionaria deja los gobiernos de algunos países clave para el orden geopolítico latinoamericano a la centroizquierda.

Se habla mucho de que el continente gira a la izquierda, pero ¿es realmente así? Comencemos por decir que América Latina no es un lugar ajeno a la dinámica general planetaria y, aunque muchas veces ha representado la punta más avanzada de los procesos de liberación (así como los de opresión), ciertamente no es inmune a la abdicación general de los procesos revolucionarios que se produjo después de 1989, cuando la derrota del campo socialista permitió al sistema unipolar de pensamiento único construir un Orden Mundial a la medida del monetarismo, aplicado en el terreno del capitalismo sin capital.

La reducción de la radicalidad de los principios y la inversión del sentido común han ido de la mano con la de los términos. Las antiguas identidades reaccionaria y revolucionaria se han ajustado a una dialéctica más cool entre conservadores y progresistas. Las dos direcciones ideales diferentes se convirtieron en dos opciones compatibles, en algunos aspectos incluso superpuestas. La alternativa ha sido sustituida por la alternancia, y al desaparecer la lectura de la historia como un conflicto irreconciliable entre las clases, se ha impuesto la más confortable reconciliación. Pero hay una especificidad contextual que no debe subestimarse y que ha contribuido a que la América Latina de Fidel, Chávez y Daniel sea un continente que no ha conocido la abjuración, quizá el reposicionamiento.

La historia de América Latina no puede desligarse de la de Estados Unidos, porque el subcontinente ha vivido a lo largo de su historia como telón de fondo el choque entre la independencia y la anexión. Demasiado importante e intrusivo el papel de Estados Unidos en el continente, lo que hizo que el modelo de relaciones con cada país y con todo el continente en su conjunto fuera un hecho ineludible para la construcción de los modelos sociales y políticos que se alternaron. Experiencias revolucionarias y reformistas, victorias de la derecha, victorias electorales de la izquierda anticapitalista, intentos de golpes y derrotas electorales de las derechas vinculadas al capital internacional y al latifundio local.

En esta sucesión de dinámicas opuestas, han madurado modelos de identidad política -también por el efecto emulativo hacia EEUU y Europa- que tienen poco que ver con la historia del continente y mucho con su subordinación cultural. Y es precisamente en la relación entre el continente latinoamericano y Estados Unidos donde se juega también parte del juego entre las dos izquierdas, la incompatible y la compatible.
 

La izquierda y sus recetas

Existen al menos tres identidades políticas diferentes dentro de la amplia izquierda. Uno, revolucionario, atacado pero indomable, vive y gobierna en Nicaragua, Venezuela y Cuba. Es una izquierda nacida en procesos revolucionarios, que primero ganó y luego defendió. Es alternativa en términos ideológicos y programáticos, en la política interior e internacional. Pone en primer plano la crítica del sistema capitalista y su incompatibilidad conceptual, no sólo práctica, con una sociedad equitativa.

Su perfil ideológico tiene como eje central el papel del Estado como sujeto político general, regulador del mercado y sus distorsiones; cree en un orden socioeconómico que prefigura la superación del capitalismo y en un modelo de economía mixta de carácter socialista. Considera el papel del partido como vanguardia de la sociedad y, teniendo en cuenta el carácter subversivo de las clases dominantes vinculadas a la dominación estadounidense, organiza la defensa del terreno político e institucional teniendo el monopolio de la fuerza.

Construye su política exterior sobre la base de los intereses nacionales y tiene en la solidaridad internacionalista y la unidad del continente la interpretación de la cooperación e integración regional. Cree, en este sentido, en la utilidad de las instituciones continentales para la libertad y la igualdad, desprovistas de la presencia de EEUU y Canadá y destinadas a superar definitivamente a la OEA y a todos los demás organismos formados y dirigidos por la Casa Blanca como instrumento de control político sobre el subcontinente.

Denuncia y combate la política de opresión estadounidense ejercida por todos los medios, y resiste y se solidariza con las víctimas de la desestabilización permanente, es decir, los países que no obedecen al imperio que afirma su propia libertad destruyendo la de los demás. Luego hay otra alineación, un conjunto compuesto por dos subconjuntos que, en términos de formación y perspectivas, aunque diferentes, tienden a proceder en armonía.

La izquierda ligera no es, de hecho, un bloque político, es una realidad heterogénea con diferentes acentos y perfiles distintos. Está el reformista con un perfil ideológico cercano a las socialdemocracias europeas de finales del siglo XX, que involucra a Bolivia, Honduras y Brasil. Tiene un perfil reformista y trabaja por un reequilibrio social en los respectivos países y por la independencia de Estados Unidos, al que, sin embargo, reconoce un papel preeminente en la geopolítica continental. Considera útil un diálogo permanente con la izquierda alternativa y cree que puede servir de aglutinante entre las distintas expresiones progresistas y socialistas. Por último, está el polo progresista con tracción democrática: México, Argentina, Colombia, Perú, Chile.

Generalizando, podemos configurarlo como un polo liberal en economía y progresista en derechos civiles. Su perfil ideal contempla el papel del Estado como ordenador de la organización social, pero absteniéndose de cualquier intervención en la economía. Cree que el mercado se regula a sí mismo y, abogando por la reforma del capitalismo monetarista, defiende su aplicación light, es decir, una gestión diferente de los flujos de gasto que permita un mayor bienestar social. La izquierda-light propone el tipo de izquierda que más le gusta a la derecha: no cuestiona el sistema político, sino que se manifiesta como una versión importada del progresismo de los derechos civiles.

No cuestiona la ausencia de derechos sociales para no socavar la estructura de la dependencia, y quiere importar un modelo de socialdemocracia que, por su propia naturaleza, exalta el fortalecimiento de la clase media, vista también como un motor socioeconómico y cultural situado en el centro: una palanca decisiva para el equilibrio del sistema político que casi siempre pretende ser bipolar o incluso bipartidista.

Pero la realidad no es una mercancía que se pueda importar. En un continente en el que la polarización política y la brecha social experimentan una división inexplicable, identificarse con un modelo social nacido en otra fase de la historia, en otros continentes y para otros modelos de sociedad, es una mala ingeniería política. Entre otras cosas, crea condiciones frágiles para la construcción política, desarma y hace irrelevantes a los partidos y a los sindicatos, debilita los cuerpos intermedios y da mayor libertad de maniobra a las fuerzas del deep state, el Estado profundo. Su receta económica esboza un progresismo modesto y cobarde que, ante un continente marcado por una inmensa zona de pobreza y una riqueza insultante para el latifundio especulativo, señala una forma civilizada y atemperada de turbo-liberalismo monetario como la salida a la que aspirar y piensa que la cuestión es simplemente cambiar un grupo dirigente por otro, alternar a los todopoderosos y no cambiar de rumbo.

Su relación con Estados Unidos no es de confrontación, sino de negociación: pretende cogobernar con Washington.

Su relación con el gigante del Norte se consuma en el intercambio entre la posibilidad de permanecer en el poder a cambio de convertirse en los acusadores de la izquierda en la que militaban antes de sentir la comodidad del dinero; se les permite de representar una alternativa a los gobiernos de derecha, siempre que sea sólo aparente. Progresismo charlatán. No hay un paradigma socioeconómico y cultural diferente si la mayoría de las alternativas resultan ser alternancias.

Esta izquierda caviar no molesta a los sacerdotes del imperio, porque se diferencia de la derecha más en las formas que en las prioridades y los retos. Al proponer la prevalencia de los derechos civiles en detrimento de los derechos sociales, encarna la doctrina liberal histórica y no el socialismo como método de búsqueda y transformación de la realidad. Una realidad que se quiere mejorar, no subvertir, porque cambia el orden capitalista por el orden natural. Entre los mejores ejemplos de este concentrado de ambigüedad, que al final anuncia cambiar todo para no cambiar nada, están algunos como el presidente chileno Boric y el ex-presidente uruguayo Pepe Mujica, que encarnan un modelo de liderazgo que ha privatizado la agenda histórica de la izquierda. A ellos se suman AMLO, Petro y Castillo, que, como Boric, miran a Nicaragua para no sentir repulsión al mirar a sus propios países.

Critican al Comandante Ortega porque gobierna y logra lo que ellos antes soñaban y ahora no pueden lograr. Si Mujica representa la izquierda que complace a la derecha, las reiteradas polémicas de Boric hacia Nicaragua y Venezuela indican la profundidad humana y política de un diseño que, en lugar de combatir la opresión del Norte, opta por buscar sus enemigos entre los liberados del Sur. Ponerse a disposición para atacar políticamente a Cuba, Nicaragua y Venezuela, además de retratar plenamente su servidumbre al imperio y sus objetivos políticos, ofrece una imagen de cobardía política porque, en lugar de solidarizarse con los pueblos y países del continente, opta por golpearlos aumentando exponencialmente su (teórico) aislamiento, favoreciendo así el cerco de Washington.

En definitiva, la ausencia de una idea de unidad del continente latinoamericano, la falta de voluntad ante la perspectiva de la Patria Grande que soñó Simón Bolívar, y la reiteración de la subcultura malinchista, auténtica puerta sensorial de la genuflexión política y económica hacia el imperio, se exhiben con desparpajo. ¿Diferente o alternativa? Se habla mucho de la diversidad de los regímenes chilenos o argentinos a partir de su propio pasado. Pero ser diferente no significa ser alternativo.

Nunca hay que confundir un cambio con una transformación: un cambio es un acontecimiento que se consuma, mientras que una transformación es un trabajo diario a largo plazo. Ganar las elecciones no significa ganar el poder. Cambiar el gobierno no significa cambiar el sistema. Para ser alternativa, hay que prefigurar una sociedad completamente diferente, cambiar las relaciones de poder entre las clases, reducir el peso de los poderes financieros y militares que siempre han condicionado el desarrollo y la democracia. Ganar las elecciones es útil si la correlación de fuerzas cambia, de lo contrario se cambiará a los que quieren cambiar.

Mantener las diferencias y transformarlas en una suma de fuerzas es posible si la parte moderada del progresismo deja de confundir aliados con enemigos. Si deja de ver los procesos revolucionarios como una amenaza en lugar de una ventaja. Si se niega a abjurar de quienes defienden los principios de equidad y justicia social, independencia y soberanía nacional. Si se convierte en un actor de solidaridad y apoyo mutuo. Si deja de creer que su pobreza es culpa de los más pobres y no de los más ricos.

Si deja de querer ser una planta económica para otros y se convierte en un árbol en su propio jardín. Por el contrario, debería apoyar la unidad latinoamericana, indiferente a los diferentes enfoques políticos, unida en sus demandas y cohesionada en su relación con Estados Unidos y Europa. No sólo es correcto, sino que también es conveniente que sea corto y largo. Hay que aprovechar la extraordinaria centralidad del subcontinente, que tiene todos los recursos que el Norte necesita.

Por eso debe orientar su brújula hacia el Sur si quiere tratar en igualdad de condiciones con el Norte. Cambiar la rendición por la victoria es una ilusión peligrosa. Cambiar la solidaridad de los hermanos por la benevolencia de los verdugos es una estupidez, incluso antes de ser un error.

viernes, 11 de noviembre de 2022

¡Feliz cumpleaños, comandante!

 


Por Jorge Capelán.

Hoy cumple 77 años el comandante Daniel Ortega Saavedra, uno de los líderes revolucionarios más vilipendiados y odiados por el imperio norteamericano, pero también el más amado por un pueblo nicaragüense que supo de primera mano de su lucha contra la tiranía somocista al frente de la revolución en los años 80, en los días aciagos del neoliberalismo y en estos últimos benditos 15 años de historia que hemos vivido desde el 2007.

El comandante Daniel nació el 11 de noviembre de 1945 en La Libertad, Chontales, en una familia profundamente antisomocista. Empezó a militar muy temprano y conoció la represión y la cárcel muchas veces. Estuvo preso 7 años en las mazmorras de la dictadura y fue liberado tras un operativo en una mansión en la que estaban la flor y nata de la burguesía y el embajador de Estados Unidos.

Una vez me contó el compañero Aldo Díaz-Lacayo, uno de los historiadores más importantes de Nicaragua, que Daniel es un profundo conocedor de la historia del país y tiene una biblioteca verdaderamente impresionante sobre el tema.

Después del derrotado "golpe blando" de 2018 tuve la oportunidad de conocer al comandante y a la compañera Rosario Murillo en una reunión con varios periodistas extranjeros. El comandante se apareció con un libro viejo y gastado, de cientos de páginas y con muchos mapas. Era el estudio que había elaborado el Gobierno Estadounidense para construir el canal interoceánico por Nicaragua (y que después abandonaron porque, de todas maneras, ya controlaban Panamá).

En esa ocasión le pregunté: "Comandante, ¿qué lección cree que hemos aprendido del derrotado intento de golpe del 2018?" Y él me respondió: "Que hay que confiar en el pueblo". En Nicaragua, la economía popular (que algunos llaman despectivamente "economía informal") es la fuerza dominante, es la que se hace cargo del grueso de las exportaciones, es la que maneja el ingreso bruto disponible y es la que impulsa el crecimiento económico. No en vano, la oligarquía desde el 2018 intentó lanzar como 4 paros patronales y no pudo hundir al país.

Cuando en Nicaragua se habla de Pueblo Presidente, eso no es ningún eslogan barato. Es una realidad gracias a la conducción estratégica del comandante Daniel.

A lo largo de su vida, el comandante ha visto pasar a 8 presidentes estadounidenses, de los cuales al menos 7 juraron destruirlo. Quisieron asesinarlo, tanto física como moralmente, para destruir al sandinismo como fuerza política, pero el pueblo nicaragüense, que ha visto de primera mano los actos del dirigente, no ha creído en la propaganda imperial. 

Y hoy en día el FSLN, bajo su conducción, es hegemónico en Nicaragua. 

Y hoy en día, bajo su conducción, las nuevas generaciones están empezando a hacerse cargo del país.

Si Sandino mostró que el pueblo nicaragüense podía derrotar a los marines y hacerse dueño de su historia, y si Carlos Fonseca diseñó el programa histórico para la continuación de la lucha sandinista en una Nicaragua cada vez más urbana, el comandante Daniel es el artífice de la materialización del sueño de Sandino en una Nicaragua ya totalmente libre de la injerencia yanqui.

Qué mejor regalo para el comandante Daniel, que la contundente victoria del Frente Sandinista en todas las 153 alcaldías del país en las elecciones municipales del domingo pasado. Ese fue el regalo del pueblo a su comandante.
 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

martes, 8 de noviembre de 2022

Elecciones en Nicaragua, la voluntad de un pueblo

 

Foto: PL.

Por Yosbel Bullaín.

Managua, 8 nov (Prensa Latina) Cuando el domingo último Nicaragua celebró los comicios municipales existía el criterio de la victoria del Frente Sandinista en la mayoría de los territorios, pero la voluntad del pueblo colocó hoy a esa fuerza política como ganadora absoluta.

A diferencia de las municipales del 2017 cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) triunfó en 135 alcaldías y perdió 18, esta vez el panorama cambió y logró imponerse en los 153 municipios del país con el 73,70 por ciento de los votos válidos.

Así, hubo territorios que por primera vez ejercieron el sufragio a favor de la Alianza Unida Nicaragua Triunfa que encabeza el FSLN, tal es el caso del municipio Muelle de los Bueyes en la Costa Caribe nicaragüense, entre otros.

Pero… ¿A qué se debe esta contundente victoria del FSLN?

“Lo que estamos viendo es sencillamente ese 153 a cero que le propina el Frente Sandinista a la oposición, lo cual es una expresión de que el FSLN es un partido hegemónico y representa los intereses nacionales”, expresó el analista político Jorge Capelán.

En diálogo con Prensa Latina, Capelán recordó que antes del 2007 en este país centroamericano el funcionamiento de varios sectores de la sociedad como el transporte público, vivienda, educación, energía eléctrica y agua potable, eran prácticamente nulos.

“El Frente ha demostrado en 15 años de gobierno que el país funciona, es un partido que tiene política para todo; por eso, la gran mayoría de la gente considera que la forma de gobierno responde a las necesidades generales de la sociedad”, afirmó.

La construcción de puentes que unen la región del Pacífico con la zona atlántica del país; así como grandes hospitales dotados de moderna tecnología, son algunos detalles de la gestión del Ejecutivo sandinista en los últimos años para restituir los derechos del pueblo.

Para que se tenga una idea, al concluir este 2022 está previsto terminar aquí la construcción de unas seis mil calles a nivel nacional, la entrega de 15 mil viviendas del programa Bismarck Martínez, además de la edificación de hogares solidarios gratuitos para familias vulnerables de 60 municipios nicaragüenses.

De acuerdo con el analista, tras el intento de golpe de Estado en el 2018 en Nicaragua, la sociedad vio blanco sobre negro quien quería destruir el país y quien quería defenderlo y construirlo.

“Lo que estamos viendo ahora con los resultados de estas elecciones es la toma de conciencia de la sociedad”, aseveró Capelán.

Calificó el proceso electoral como una reafirmación de la democracia, y aseguró que fueron los segundos comicios totalmente libres del financiamiento tóxico de Europa y Estados Unidos.

No obstante, una agresiva campaña de medios internacionales y de oposición, trataron de opacar el proceso con llamados a no votar y la publicación de informaciones que tergiversaban la realidad del país.

La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, afirmó este lunes en su alocución diaria que en las elecciones municipales celebradas este 6 de noviembre aquí los nicaragüenses confirmaron su vocación de paz.

En ese sentido, Murillo señaló que el pueblo vive de la fuerza, energía, vitalidad, y del vigor que dios les da todos los días para caminar, pues la unidad alrededor de la paz y el bien, son los únicos caminos donde juntos siguen adelante.

jha/ybv

 

lunes, 7 de noviembre de 2022

Inicia una nueva era democrática en Nicaragua

 

El pueblo sandinista celebrando
la victoria en las elecciones
municipales.
(Foto: El 19 Digital)


Por Jorge Capelán.

¡Fantástico! Ganamos en todos los 153 municipios del país. 73.72% para el FSLN. (datos preliminares)

Difícilmente la derecha nicaragüense, logre recuperarse de este golpe. Su destino quedó sellado en 2018 cuando participó en el derrotado intento de "revolución de colores" promovido por los Estados Unidos y algunos países europeos. Durante unos días sacaron partido de la confusión creada por los golpistas a sueldo de los países occidentales, pero poco a poco el pueblo se fue dando cuenta del engaño y entendió que solo el Frente Sandinista estaba genuinamente comprometido con el país.

Todavía en Nicaragua queda mucha gente influida por las ideas de la derecha colonialista, pero con la mano en el corazón, una gran mayoría de quienes pertenecen a ese grupo ya no se reconocen ni en sus representantes ni en sus descendientes, y poco a poco terminarán por sumarse al FSLN como ya lo han hecho cientos de miles de sus conciudadanos.

Lo que vimos el domingo 6 de noviembre fue el resultado de esa debacle de la derecha teñida de malinchismo y de la existencia de un fuerte núcleo de la población que decididamente apoya las políticas impulsadas por el comandante Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo. En total, por el Frente Sandinista votaron 1 millón 442 mil 681 electores y electoras (73.72%) mientras que por la oposición lo hicieron 514 mil 393 (26.28%).

La participación en los comicios fue muy alta, alrededor del 53% (1.95 millones de unos 3.7 millones de electores) [Atención: Según el último informe del CSE, la participación fue del 57.09% del padrón (2.1 millones de casi 3.7 millones inscritos)], mucho mayor que en muchos otros países, por ejemplo en la "democrática" vecina, Costa Rica, donde la participación en las municipales de 2020 fue de solo 25,4% --una tendencia que se viene registrando desde hace muchos años.

Los partidos de oposición no pudieron movilizar a la gente, no por no tener posibilidades, sino porque simplemente no tienen nada que ofrecer. ¿Qué van a ofrecer, si no se pueden sacar de encima la mancha del malinchismo y los intereses personales? La oposición, para seguir existiendo, debería reinventarse, pero es difícil hacerlo compitiendo con un partido como el FSLN, que ha hecho suyo el programa político de toda la nación nicaragüense.

Hablando de la participación, en primer lugar hay que decir que, contrario a lo que sostiene la propaganda occidental, las condiciones de cedulación de los electores y de organización del proceso electoral son hoy en día las mejores de toda la historia del país. Todo el mundo tiene cédula, ha habido medios informáticos y conexión a Internet en todos los locales de votación, la capacitación del personal electoral (de todos los partidos), no solo ha sido excelente, sino también ha sido libre de la nefasta injerencia de las ONG occidentales "pro democracia", y un gran número de etcéteras.

Predeciblemente, ya el diario de la CIA en Managua, La Prensa, activó el operativo de "denuncia" de un "fraude", hablando de urnas abiertas y de amenazas a personas para que votaran por el FSLN, pero ese argumento tiene un pequeño inconveniente: no se corresponde con la realidad del país. El domingo no hubo el más mínimo incidente, a pesar de que en esta ocasión la Policía Nacional no anunció ningún estricto plan de seguridad. Ni siquiera decretó una prohibición de la venta de licor, solamente "recomendó" a la población no hacer grandes fiestas al aire libre.

El ambiente que se vivió en todo el país fue muy distendido, prueba de que la retórica insurreccional promovida por los Estados Unidos y sus aliados y clientes en 2018 está totalmente reñida con la realidad. Lo cierto es que el FSLN es un partido hegemónico en Nicaragua. El Frente Sandinista ganó en históricos reductos del antisandinismo donde nunca antes había ganado. Solo en un puñado de municipios, el Frente Sandinista ganó con menos del 51% de los votos: Ciudad Antigua (49.39) en Nueva Segovia, Tortuguero (47.04) en el Caribe sur, San José de los Remates (48.03) en Boaco, Santo Domingo (48.15) en Chontales y Waspán (50.22) en el Caribe Norte.

Algunos expertos creen ver un peligro en la hegemonía política del Frente Sandinista en Nicaragua, pero en realidad es una oportunidad histórica para profundizar la democracia con un programa inclusivo y de futuro. El creer que la democracia debe ser una constante pugna entre antagonistas es un prejuicio liberal de la versión que hoy en el mundo está haciendo agua por los cuatro costados, con una total falta de confianza hacia la política y los políticos (como en la vecina Costa Rica).

El reto para el FSLN tras esta impresionante victoria en las elecciones municipales es mejorar y profundizar lo que ya se ha venido haciendo. Las políticas impulsadas por el Frente Sandinista están firmemente ancladas en el sentir y las aspiraciones del pueblo, pero a medida que el país se desarrolla, también se desarrollan las demandas democráticas del pueblo. Estas elecciones marcan el inicio de una nueva era democrática en Nicaragua.

Jorge Capelán en ExtraPlus: El contexto mundial actual

    El contexto actual mundial es complicado, pero tiene mucho que ver con las diferencias de concepción entre un mundo unipolar y otro ...