viernes, 18 de noviembre de 2022

Logros en la tierra de Sandino animan al pueblo brasileño


 

Por Pedro César Batista (*).

Seguimos, desde Brasil, los avances sociales, económicos y políticos en la tierra de Augusto César Sandino, Carlos Fonseca Amador y Tomás Borge, obtenidos gracias a la unidad revolucionaria y la organización popular, bajo la dirección del FSLN, bajo el mando del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta, Rosário Murilo, lo que nos lleva a tener gran admiración en la construcción de una sociedad que garantice la justicia social y la paz para la gran mayoría de la población. Al mismo tiempo, observamos la intensa propaganda de calumnias y mentiras, coordinada por vehículos al servicio del imperialismo, en contra de la soberanía del pueblo nicaragüense, que enseña el camino para conquistar la dignidad y la soberanía, al decidir no renunciar a ser propietarios de su destino.

Las elecciones municipales del pasado 6 de noviembre, cuando se eligieron alcaldes y vicealcaldes en los 153 municipios de Nicaragua, evidenciaron el alto nivel de conciencia adquirido por la población, resultado del permanente trabajo de base desarrollado por el FSLN, que realiza una labor que asegura que el poder político viene de abajo hacia arriba, de la base de los trabajadores organizados, que apoyan al gobierno central, lo que hizo posible la victoria del Frente Sandinista en todas las ciudades. Esto asusta a la burguesía y sus aliados, porque dentro de Nicaragua, el imperialismo y sus lacayos internos y externos ya no son capaces de engañar y atemorizar al pueblo que, en su gran mayoría, actúa como principal pilar de sustentación del proceso revolucionario.

El trabajo de base permanente, desarrollado por el FSLN, tiene mucho que enseñar a las organizaciones que representan al pueblo brasileño, ya que muestra cómo se desarrollan las condiciones subjetivas para la acumulación de fuerzas y la organización popular, como lo demuestran los resultados de las elecciones municipales, lo que significó una gran victoria y avance para el FSLN y las conquistas del pueblo nicaragüense.

Somos conscientes de las duras luchas libradas por el FSLN, desde su fundación, con el enfrentamiento a grupos armados, bandas terroristas y la poderosa campaña mediática para quebrantar el espíritu de combate y unidad de la organización. Fueron décadas de duras guerras con muchas vidas perdidas y daños económicos. Estas luchas nos han demostrado que es posible derrotar a los enemigos y fortalecer las trincheras revolucionarias, a partir de la capacidad de superación y la resistencia política, conservando siempre los compromisos con la transformación social profunda y la construcción de una sociedad donde la justicia social y la dignidad humana guíen todas las acciones.

EEUU propaga intensamente, a través de sus canales de comunicación, que es el modelo de democracia para el mundo. En realidad, lo que quieren es que los pueblos se arrodillen y permanezcan para ellos eternamente como depósitos de recursos naturales al servicio de sus intereses. Para ello colocan en los países que se someten a esta dominación, gobiernos que actúan como funcionarios de la Casa Blanca. La revolución victoriosa de 1979 mostró al mundo que Nicaragua ya no estará sujeta a los dictados del imperialismo.

La democracia estadounidense es una farsa cuando dice que hay una rotación de partidos en el gobierno. Sean demócratas o republicanos, la política imperial sigue siendo la misma, profundizando la explotación de la clase obrera estadounidense, con creciente pobreza y violencia, mientras aumenta su poderío militar para atacar a otras naciones, con acciones criminales, invasiones militares o mediante guerras híbridas, como lo hicieron. en Brasil en 2016, cuando organizaron el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, en un golpe de Estado con una acción legal, el lawfair. Acusaron al presidente y encarcelaron al presidente Lula da Silva para colocar un gobierno servil en Washington, que privatizó sectores estratégicos de la economía, quitó cientos de derechos a la clase trabajadora y realizó contrarreformas, aplicando recetas neoliberales. Para EEUU y sus lacayos, la democracia debe servir a los intereses económicos de las grandes empresas, las transnacionales y los bancos, profundizando la dependencia y explotación de los pueblos.

Lo que hemos visto y aprendido de la democracia en Nicaragua es lo contrario a lo que ha aplicado el imperialismo, donde los gobiernos nacionales son vendedores de la patria. En la tierra de Sandino comprobamos la garantía de la participación efectiva de la población en el apoyo a la soberanía nacional, la cual, organizada y movilizada, tiene la fuerza de conservar su poder para definir nuevos rumbos y decisiones, con movilización e integración efectiva entre lo pueblo. El FSLN y organismos estatales aseguran vigilancia y movilización permanente ante las continuas acciones delictivas de agentes estadounidenses.

Las elecciones municipales son prueba de ello. Una vez más, la expresiva participación de la población, en un proceso electoral para elegir a sus líderes, muestra la sincronía entre pueblo y gobierno en la defensa del Estado. Se destaca la participación del 57% del electorado total con derecho a voto, mientras que en EE.UU., en las elecciones de medio término, para elegir parlamentarios, la participación fue 10% menor que en Nicaragua, con el 47% del electorado yendo a votar. Significa que la población nicaragüense tiene más participación, conciencia e interés, lo que garantiza mayor representatividad del proceso electoral, líderes electos y fortaleza al gobierno, con base en el análisis de la participación electoral en ambos países.

APOYO CRECIENTE AL FSLN

SEGÚN el Informe de Adolfo Pastran, ha habido un número creciente de votos para el Frente Sandinista en los procesos electorales: “en 1990 el FSLN recibió 550.442 votos; en 1996, 551.421; en 2000, 603.885; en 2004, 709.098; en 2008, 941.199; en 2012, 1.314.317; en 2017, 1.283.003 y este año 2022, 1.494.668”. Este crecimiento en el apoyo de la población refleja la confianza popular y el resultado de la organización y el trabajo sobre las bases que sustentan las conquistas sociales y políticas.

La expresiva participación y grandiosa victoria del FSLN, en las elecciones municipales del 6 de diciembre, prueba la unidad monolítica que se forma entre el pueblo nicaragüense, capaz de comprender que es necesario preservar las conquistas históricas obtenidas con la Revolución Sandinista, para crear las condiciones para avanzar y fortalecer la capacidad económica y política para superar los ataques del imperialismo y sus agentes internos.

Nicaragua, Cuba y Venezuela representan gobiernos que se atreven a forjar una sociedad nueva, libre, soberana y digna, legítimos representantes de los intereses de sus naciones, por eso aquí en Brasil, a través de las acciones del Comité Antiimperialista General Abreu e Lima, denunciamos y combatimos los crímenes practicados por EE.UU. contra nuestros pueblos hermanos, que simbolizan la posibilidad real del control popular del Estado, mediante el desarrollo de políticas que sirvan a los intereses de la mayoría de la población y no de los capitalistas, chupasangres que sólo se preocupan con provecho y manteniendo sus privilegios.

Aquí en Brasil, así como en toda América Latina y el Caribe, enfrentamos una criminal campaña de mentiras y agresiones contra los referentes que Nicaragua simboliza para los trabajadores y las capas populares. Canales de televisión, periódicos y sitios de internet difunden desinformaciones, falsedades y ofensas, con la sordidez de los agentes del imperialismo, que repiten los discursos de la Casa Blanca. Esto, lamentablemente, también lo repiten sectores de una izquierda rosa, llamada progresista e identitaria, que actúa como ventrílocuo reverberando las acusaciones propagadas por los medios imperialistas. Estas falsedades y calumnias las enfrentamos permanentemente a través de debates, artículos, estudios de base y acciones de calle en solidaridad con la Revolución Sandinista, el FSLN, el gobierno del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosário Murilo.

LAS ELECCIONES DE BRASIL DERROTAN A UN LACAYO DE EE.UU.

Acabamos de vivir una dura campaña electoral para la Presidencia de la República de Brasil, con el actual presidente, Jair Bolsonaro, derrotado por Lula, que ganó con una diferencia de poco más del 1% de los votos. Bolsonaro volvió a realizar una campaña con mucho dinero y difusión de Fake News, utilizando un discurso sustentado en el miedo al comunismo, mentiras contra Nicaragua, Venezuela y Cuba, además del uso del aparato de Estado y del Presupuesto Público. En 2018, solo fue elegido después de la operación de la CIA que organizó la Operación Lava Jato, que arrestó a Lula y lo sacó de la carrera.

Con la derrota de Bolsonaro, sus seguidores, guiados por Esteve Bannon, intentaron repetir lo que hizo Donald Trump en EE.UU. tras su derrota ante John Biden. Organizaron un movimiento en las calles que no reconoció los resultados de las elecciones y llamó a un golpe militar. Hasta este momento aún persisten sectores fascistas, movilizados para no aceptar la victoria de Lula, que representó una importante conquista contra el fascismo, que ha crecido, no sólo en Brasil, sino en muchos países.

La elección de Lula da Silva a la presidencia apunta a un importante punto de inflexión en la política brasileña, especialmente en la política exterior, ya que tendrá la tarea de revertir el daño causado al pueblo brasileño y retomar los lazos de amistad y solidaridad entre los pueblos de la región, especialmente.

Brasil necesita retomar los lazos históricos de amistad con los pueblos latinoamericanos y caribeños, en especial con el pueblo nicaragüense y el FSLN, fortalecer la CELAC, el ALBA y la UNASUR, retomar los negocios y el intercambio con los pueblos cubano, venezolano y nicaragüense.

Estados Unidos intentará influir en las relaciones internacionales de Brasil, pero seguiremos movilizándonos junto al pueblo de Nicaragua y el FSLN, exigiremos al gobierno del presidente Lula que retome de inmediato las relaciones históricas entre Brasil y Nicaragua, pueblos hermanos que deben acercarse cada vez más en pos del sueño de Simón Bolívar, la Patria Grande.

Que el ejemplo de movilización, organización y unidad del pueblo nicaragüense inspire a las fuerzas de la izquierda brasileña, como el FSLN ha mostrado al mundo que un pueblo consciente y unido puede ser soberano y construir la justicia social, fomentando así la construcción de naciones soberanas y el fortalecimiento de la amistad y la solidaridad entre los pueblos en la lucha antiimperialista.

* Pedro César Batista, periodista, escritor, internacionalista y secretario ejecutivo del Comité Antiimperialista General Abreu e Lima.

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