Wang Wen: Antes que nada, permítame expresar mi profundo pésame en nombre de todos los chinos y lamentar el desafortunado asesinato de su querida hija Daria. Rusia ha sufrido varios atentados terroristas en los últimos meses y por eso quisiera preguntarle que piensa del desarrollo del conflicto interno en su país.
Dugin: En primer lugar, quiero agradecerle su apoyo moral y el profundo dolor que siente el pueblo chino por la muerte de mi hija Daria Dugina. Daria es el símbolo de la lucha del alma rusa en contra del injusto y hegemónico sistema globalista. Ella es una de las muchas víctimas del terrorismo occidental. Ya sabemos que esta operación fue ordenada desde Kiev por el mismo Zelenski y el jefe de las fuerzas especiales ucranianas. Zelenski es el responsable del atentado que causó la muerte de mi hija. Los servicios secretos de Estados Unidos y el Reino Unido se han negado a explicar o condenar este ataque terrorista, pero ahora estamos casi seguros que su objetivo éramos mi hija y yo, pues trabajábamos juntos. Tal ataque ha sido el comienzo de una guerra terrorista en contra de Rusia y es la primera vez que terroristas occidentales atacan a ciudadanos rusos en nuestro propio territorio. Me gustaría subrayar una vez más que Daria y yo no participábamos u ocupábamos un cargo oficial en la Operación Militar Especial (OME) en el Este de Ucrania. Resulta inaudito que ahora asesinen a los intelectuales sólo por lo que dicen o piensan y este tipo de terrorismo dirigido contra nosotros resulta particularmente preocupante. Ahora bien, todo esto abre un nuevo capítulo en la historia de este conflicto, pues las ideas se convierten en un factor relevante y por esa razón deben ser asesinados los que profesan ciertas ideas. Este ejemplo demuestra de forma muy trágica la importancia que tiene el pensamiento y que pensar es un acto peligroso. Esto es mucho más cierto en el caso de los guerreros, que tienen que enfrentar la muerte en el campo de batalla, pues al tomar una decisión política debes estar preparado para pagar las consecuencias por ello.
La teleología filosófica se ha ocupado durante mucho tiempo del sentido de la vida humana. Con esto quisiera señalar que en estos momentos se están produciendo cambios bastante bruscos dentro de Rusia, algo que me gustaría llamar una “revolución ideológica”. Rusia aceptó en la década de 1990 la hegemonía, las instituciones los valores y el sistema político democrático occidental. Copiamos y seguimos a Occidente como si fuera nuestra única tabla de salvación. Aquí radica la diferencia real entre China y Rusia: China ha aceptado las leyes internacionales occidentales e intenta aprovecharse de ellas para prosperar, mientras que Rusia las aceptó a costa de traicionar su propia soberanía nacional. Cuando Putin llegó al poder comenzó a luchar por la soberanía de Rusia, pero jamás cuestionó las leyes internacionales occidentales. En cambio, Occidente siempre se ha dedicado a debilitar y atacar a Rusia todo este tiempo. Putin intentó conciliar la contradicción explicita que existía entre la restauración de nuestra soberanía nacional y la integración a la globalización, algo que resultó imposible. Tal contradicción llegó a su fin con el inicio de la OME, pues Putin se vio obligado a emplear la violencia directa con tal de evitar la pérdida de nuestro territorio. Lamentablemente, la sociedad rusa no estaba preparada para eso, especialmente porque luchar contra Occidente es un camino largo y tedioso. Rusia ahora se encuentra en guerra contra Occidente y Estados Unidos, por lo que es necesario reevaluar nuestras ideas y adaptarnos a la situación actual que estamos viviendo. Se trata de un proceso muy dramático e intenso.
Wang Wen: Estoy de acuerdo con sus análisis y predicciones. Recuerdo muy bien que en el 2008 usted escribió sobre el inevitable conflicto entre Rusia y Occidente. Sin embargo, cuando los académicos chinos hablan sobre la inevitabilidad del conflicto chino-estadounidense, suelen aconsejar que se haga todo lo para evitar semejante escenario. Por ejemplo, el profesor Graham Tillett Allison, de la Universidad de Harvard, habla de la “trampa de Tucídides” y el enfrentamiento entre China y Estados Unidos, pero los académicos chinos han hecho de todo para cuestionar “semejante profecía”. Quisiera saber por qué razón las élites rusas no le aconsejaron al presidente Putin que evitara este conflicto en lugar de lanzar una invasión militar. Un filósofo y politólogo tan sabio como usted seguro se le habría ocurrido una mejor forma de resolver este conflicto, ¿no lo cree?
Dugin: Todo esto tiene que ver con el equilibrio entre los grupos y los individuos. Puedo decir que el presidente Putin no fue quien lanzó la OME, sino que fue la sociedad la que exigió que se llevara a cabo. La sociedad rusa es muy especial y necesita un líder de carácter “paterno” (un zar) que garantice la seguridad de nuestra sociedad. Putin intenta conciliar los deseos de todos los grupos dentro de nuestra sociedad y mantener este equilibrio en medio de muchas contradicciones, pero al final se trata de un equilibrio muy frágil. Digamos que él, como mandatario, siempre ha intentado resolver estos problemas de forma pacífica, sin recurrir a la fuerza militar y causar una escalada del conflicto con Occidente. De hecho, cuando Crimea “volvió a Rusia”, quedó claro que era muy fácil para nosotros apoderarnos de todo el Este de Ucrania y, sin embargo, Putin siempre se negó a lanzar una operación militar. Creyó por mucho tiempo en las garantías que nos daba Occidente y al final resulta que nos engañaron. Putin ha intentado evitar la guerra, pero la guerra se ha hecho cada vez más y más inevitable. Resulta lamentable que no estuviéramos realmente preparados para lanzar la OME a nivel político, económico, cultural y militar. Creo que debimos prepararnos mucho mejor para semejante conflicto.
Wang Wen: Lo que dice es muy cierto, pero me resulta muy preocupante el hecho de que Rusia se desvincule por completo de Occidente en un futuro cercano. ¿Cómo será capaz Rusia de desarrollarse a corto plazo? Es obvio que Occidente se debilita cada vez más y más, pero sigue dominando la alta tecnología y el comercio mundial. Continuar cooperando con Occidente parece ser una “opción mucho más racional y pragmática”. ¿No cree que Rusia terminará por convertirse en un “gigantesco Irán” si es aislada por Occidente? He viajado muchas veces a Irán y puedo afirmar que tiene un potencial enorme y muchos recursos. En la década de 1970 la economía iraní era bastante dinámica. Sin embargo, 40 años de sanciones occidentales han afectado a este país. ¿No está Rusia cometiendo los mismos errores que Irán?
Dugin: Desearía saber que entiende exactamente usted por “Occidente”, pues Occidente no es sólo sinónimo de desarrollo económico y tecnológico, sino que es antes que nada una forma de consciencia ligada a una hegemonía racista y ontológica responsable del colonialismo y la unipolaridad. Esa es la esencia de Occidente y Rusia le ha “declarado la guerra” a esta esencia cortando cualquier clase de cooperación con ella. Esperemos que una vez derrotemos la hegemonía occidental, entonces “Occidente” se convierta en una provincia más del mundo y no siga siendo el centro del mismo. Para lograr semejante objetivo primero debemos “desoccidentalizarnos” y marginar a Occidente. Rusia es incapaz de lograr eso por sí misma y por eso busca trabajar con todos los países no occidentales con tal de combatir la hegemonía occidental. Si somos capaces de unirnos todos juntos seremos capaces de derrotar a Occidente: es la guerra de los partidarios de la multipolaridad contra los partidarios de la unipolaridad.
Wang Wen: Según esta lógica el mundo esta gradualmente dividiéndose en dos bandos y se está fraguando una nueva “Guerra Fría”. Hace poco usted escribió un artículo donde asegura que nos encontramos al borde de una Tercera Guerra Mundial. No obstante, China no quiere hacer parte de una nueva Guerra Fría y prefiere desarrollarse dentro de la globalización. Y aunque China y Estados Unidos compiten entre sí, los chinos siguen tratando de encontrar formas de equilibrar las contradicciones que nos afectan. Creo que India, Brasil y otros países del BRICS tampoco quieren participar de esta “nueva Guerra Fría” contra Occidente y son cautelosos o recelosos frente a una posible “Tercera Guerra Mundial”.
Dugin: Creo que Rusia es incapaz de determinar esta situación de forma unilateral, aunque hemos “cruzado el Rubicón” al haber lanzado la OME. Rusia y Occidente pueden llegar a una especie de entendimiento en algún momento, pero tal y como está estructurada la geopolítica actual es imposible que ambos polos puedan coexistir pacíficamente. Considero que el resto de los países tendrán que elegir entre ser controlados por los poderes talasocráticos o ponerse del lado de Rusia con tal de dar nacimiento a la multipolaridad y que cada región del mundo se convierta en un polo autónomo. La actual independencia de China se basa en el equilibrio que existe entre Rusia y Estados Unidos. En caso de que Rusia sea incapaz de enfrentar o equilibrar la hegemonía estadounidense, entonces China será el siguiente blanco de los poderes talasocráticos por mucho que los chinos deseen mantener su soberanía y prosperidad. Lo mismo se aplica a la India, Brasil, Sudáfrica y el mundo islámico que están sopesando de qué lado ponerse. Sin embargo, la elección de cada uno de estos polos depende de lo que pase con los otros.
La estrategia de “ganar-ganar” de China depende de la resistencia de un poder telurocrático como Rusia frente a los poderes talasocráticos. Si la OME fracasa, entonces el Hearthland desaparecerá y la India y China se convertirán en las próximas víctimas de la Guerra Fría o el conflicto militar que ahora se está fraguando. Occidente es un poder muy agresivo que fácilmente puede usar a Taiwán y los terroristas musulmanes para golpear a China. Los demás países no tienen que enfrentar por ahora este conflicto militar porque Rusia sigue existiendo y lucha por ellos. Eso significa que el resto de las naciones tendrán que elegir si quieren vivir bajo la sombra de Occidente o luchar del lado de Rusia. Considero que es fundamental tomar en cuenta la geopolítica para analizar esta clase de cosas. Comprendo muy bien que esta clase de análisis no son totalmente aceptados por el gobierno chino, pero creo que los principales responsables de las políticas del Partido Comunista de China, al igual que los grandes pensadores globalistas, saben muy bien todo de lo que estoy hablando. Si Rusia cae, China será la siguiente en caer.
Reconozco los grandes logros de China hasta ahora y puedo afirmar que su país es un faro de esperanza tanto para Rusia como para la India, Irán y los países árabes. Claro, existen disputas fronterizas entre China y la India, pero si la India lucha del lado de Occidente contra China, una vez que China y Rusia sean destruidas, Occidente atacará a la India y la destruirá; Soros ya está preparando ese escenario. Lo que quiero decir es que nos enfrentamos antes que nada a ese “Occidente” que quiere controlar el mundo y que desea dominarlo todo. Nosotros estamos del lado de la multipolaridad y no de la unipolaridad. Occidente quiere desmembrar a Rusia y tan pronto como nosotros seamos destruidos ustedes serán los siguiente. Claro esa es mi posición, pero los demás pueden tener otras ideas.
Wang Wen: Quisiera decirle que tenemos plena confianza en que Rusia no será derrotada por Occidente y aunque la OTAN apoye a Ucrania con todo lo que tiene, Rusia tiene mucha ventaja en términos de profundidad estratégica y potencial de recursos. Por supuesto, también estoy de acuerdo con su afirmación de que si Rusia es derrotada por Occidente, entonces China será la siguiente en la mira. China está preparada para eso psicológicamente y contamos con más de 2.000 años de sabiduría para enfrentar este reto y encontrar compromisos, soluciones y recurrir a diferentes opciones. En los últimos años, China ha obtenido buenos resultados en “campos de batalla” como las guerras comerciales, tecnológicas, de opinión pública, mediáticas y en la cuestión del estrecho de Taiwán. Lo que me gustaría preguntarle es cómo lidiar de una forma más inteligente con Occidente. En caso de que la Tercera Guerra Mundial o una guerra nuclear de gran envergadura llegaran a ocurrir usted muy bien ha dicho que eso significaría el fin de toda la humanidad. Por eso pregunto, ¿qué clase de medidas podemos emplear para evitar semejante escenario?
Dugin: La solución a todo eso sería el triunfo de la OME. Creo que no existen más opciones por ahora y resulta inútil intentar encontrarlas. La actual OME es necesaria y aunque eso empeore la posibilidad de todo lo que está pasando, existen escenarios mucho peores, como el ser destruido por completo sin pelear. Estoy seguro de que el Partido Comunista de China tiene un buen sistema de toma de decisiones, las cuales implican una gran cautela y prudencia, defendiendo los intereses nacionales al igual que la globalización. Han conseguido mantener una independencia política y conservar el poder al mismo tiempo que garantizan la democracia, la libertad social y económica. China mantiene el control férreo de su política y se ha asegurado de que Occidente sea incapaz de destruir al Partido Comunista por medio de la guerra cultural y el internet. Es por eso que están blindados contra el caos y la destrucción.
En Rusia la situación es muy diferente: Occidente está destruyendo por todos los medios el control del Estado sobre el pueblo, intentando crear un conflicto entre el gobierno y el pueblo ruso. El pueblo ruso sufrió mucho el ataque de Occidente durante la época de Yeltsin. Luego de que llegó Putin al poder se intentó revertir y acabar con esta situación de postración por medio de reformas y la reconstrucción del poder. En algún momento se intentó cambiar pacíficamente el legado de Yeltsin (1931 - 2007), pero esto fue imposible debido a la presión que ejercieron las élites políticas de nuestro país que son unos traidores. Por eso considero que la situación en China y Rusia son muy diferentes: la élite política china es la columna vertebral de su país, pero la nuestra no es otra cosa que la herencia podrida de la época soviética. Estas élites políticas rusas son las que han impedido la transformación y el crecimiento pacifico de Rusia luego del colapso de la Unión Soviética. Por eso veo de forma muy diferente el futuro de Rusia y China. En Rusia no podemos cambiar o reorganizar pacíficamente nuestro país y tampoco podemos llegar a un acuerdo pacifico con Ucrania y Occidente debido a esta situación. Putin es nuestra única esperanza, pues él está del lado del pueblo y de la historia rusa. La OME es la forma en que resistimos desesperadamente contra el globalismo y no encuentra una mejor manera de hacerlo. Por ahora estamos esperando a que Occidente se derrumbe por falta de petróleo y gas, es decir, debido a la carencia de energía. Todo esto nos obliga a resolver muchos otros problemas. Creo que deberíamos estudiar mejor la forma en que China ha conseguido sus éxitos actuales.
Wang Wen: Le agradezco su interés por China. Como sabrá, pertenezco a un laboratorio de ideas que se dedica a pensar todos los días como resolver los problemas internos que tenemos. Considero que los problemas internacionales deben abordarse desde la resolución de los problemas internos. Además, pienso que ya ha leído las estrategias de desarrollo nacional que el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China ha trazado para el 2035 y el 2050. Usted ha estado varias veces en China, por lo que le pregunto como filósofo y politólogo, ¿cuál cree que será el futuro de China? ¿Considera que China podrá cumplir con los objetivos que se ha propuesto?
Dugin: Sinceramente, me gusta mucho China y siento gran aprecio por el Partido Comunista de China y el liderazgo que ha ejercido su secretario general Xi Jinping. El presidente Xi es un líder de talla internacional que ha hecho historia. Los objetivos que China se ha trazado en el XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China son bastante pragmáticos y son un ejemplo exitoso de cómo resolver los problemas internacionales y nacionales. La Asamblea General que dirige China ha formulado muy claramente estos planes. Debo decir que ni en Rusia ni en Occidente son capaces de comprender la estructura política y social de China. Considero que China está conformada antes que nada por su pueblo, su gobierno y otros elementos culturales entre los cuales se encuentra el socialismo con características chinas, el confusionismo, etc., que desempeñan un papel muy importante en el gobierno. Si el gobierno no fuera capaz de mantener estos elementos culturales juntos, entonces su país se desestabilizaría por completo. Los analistas occidentales y rusos no toman en cuenta estas particularidades de la cultura china, las cuales tienen un impacto muy significativo dentro de su política. Por otro lado, China prioriza de forma muy particular ciertos objetivos. Los chinos no buscan intensificar los conflictos, sino moderarlos o resolverlos recurriendo a la experiencia histórica que tienen. Tales ideas no son del todo confucianas, sino taoístas. La cultura occidental y rusa es, por el contrario, muy radical y está obsesionada con el bien y el mal absolutos, con el negro y el blanco. Para nosotros el mal es el mal y no debemos ceder ante él.
Wang Wen: Sí, la teoría del Yin y el Yang tiene origen en una escuela filosófica china. De allí que deseamos transformar lo negativo en positivo, el bien en mal o lo malo en algo bueno. Para los chinos lo bueno no es totalmente bueno, como tampoco lo malo es totalmente malo. Existe una transformación y necesidad entre lo bueno y lo malo, es un tema complicado.
Dugin: Sí, China no promueve una forma exterior de conflicto cultural. En las culturas no chinas existen definiciones muy claras entre lo bueno y lo malo, entre la luz y la oscuridad, tales ideas se encuentran en el origen de la cultura rusa. Para Rusia el mundo actual o es unipolar (dominado por un único poder global, los Estados Unidos) o multipolar (donde existen varios polos de poder en equilibrio como Occidente, Rusia y China). La multipolaridad es algo que sin duda puede interesar a China, pues ustedes observan el mundo y lo piensan de una forma muy diferente. Otros países también pueden observar y sacar sus propias conclusiones de las acciones de China. Todo esto debe ir en varias direcciones. No obstante, existen formas de pensar y ver el mundo que son anormales o incluso patológicas: el pensamiento chino sin duda está sano, pero el pensamiento y la forma de ver el mundo de Occidente es totalmente enfermiza. Por supuesto, es necesario explicar y comprender estas formas de pensamiento patológicas, no cerrarnos a no entenderlas.
Wang Wen: Abordemos el tema del futuro de Rusia y China. Es muy probable que el aumento de las tensiones entre Rusia y Occidente favorezca la amista chino-rusa. En este viaje he visitado más de 20 ciudades rusas y he hablado con muchos funcionarios locales sobre cómo fortalecer las relaciones entre nuestros países a nivel local, regional, internacional, etc. China y Rusia tienen una percepción muy diferente el uno del otro en todos los niveles. A nivel estatal existe una conciencia estratégica de que es necesario desarrollar la confianza y la cooperación entre nuestros países de forma firme; sin embargo, la sociedad civil y las élites ven la cooperación de forma muy diferente y en algunos casos la rechazan. ¿Qué opina usted al respecto?
Dugin: Pienso que las relaciones chino-rusas han mejorado en todos los niveles, aunque nuestros países tienen muchos problemas que superar debido a las diferencias culturales que existen entre ambos. Es por esa razón que debemos estudiar las características particulares tanto de China como de Rusia y de ese modo entender el código civilizatorio de nuestros pueblos, de ese modo podremos abrir un “dialogo bidireccional” y mejorar el entendimiento de nuestros respectivos países. El entendimiento entre nuestros lideres es “perfecto”, siendo la cooperación entre Xi y Putin la piedra angular de las futuras relaciones bilaterales de Rusia y China. No obstante, también debemos prestarle atención a la institucionalización de las relaciones de nuestros dos países, presentando planes para mejorar la cooperación y el entendimiento mutuo entre las élites, los funcionarios y el pueblo. Es necesario trabajar en estos últimos dos niveles. Creo que el futuro de la humanidad depende mucho de la cooperación entre China y Rusia, por eso necesitamos conocernos mejor entre nosotros, pues somos dos de los futuros polos de la multipolaridad. Los pueblos de nuestros dos países deben seguir luchando por el desarrollo de Rusia y de China con tal de que las relaciones entre nuestras naciones sean más armoniosas.
Wang Wen: La iniciativa de la Franja y la Ruta, junto con la Unión Económica Eurasiática (UEE), son los principales vectores de cooperación entre nosotros. De hecho, muchas personas consideran que sus teorías de la Gran Eurasia han contribuido al desarrollo de las relaciones chino-rusas y la integración económica de los pueblos de Eurasia. No obstante, las cosas parecen estar cambiando. ¿Acaso ha mejorado su entendimiento de los procesos de integración eurasiática? ¿Qué opina ahora de la integración euroasiática y de la Iniciativa de la Franja y la Ruta?
Dugin: Mi teoría de la Gran Eurasia explica tanto la Unión Económica Euroasiática como la Iniciativa de la Franja y la Ruta. China y Rusia deben integrar armoniosamente estas dos grandes iniciativas con la intención de promover el desarrollo de Eurasia y de ese modo construir un mundo mejor. Eurasia deberá incluir en el futuro tanto a Europa como la India y otros muchos países. Creo que deberíamos ampliar nuestra perspectiva hasta integrar a todos los países que existen en el continente eurasiático. Además, resulta necesario comprender el verdadero significado de la Franja y la Ruta al igual que el papel de la UEE con tal de llevar a cabo una integración de estos proyectos en un conjunto. Esto implica que debemos dar a conocer la teoría de la integración eurasiática a las élites chinas y no la versión malinterpretada de la misma que hoy se ha difundido. Por ejemplo, existen muchos en Rusia que ven el eurasianismo como una especie de neocolonialismo, mientras que en China interpretan esta teoría como una forma de imperialismo ruso. Hay buscar estrategias de entendimiento entre nosotros. La teoría de la Gran Eurasia no solo implica la cooperación económica de Rusia y China, sino también la necesidad de incorporar a la India, el Sudeste Asiático y el Asia Occidental a este proyecto. Ello implica una difusión de nuestras ideas, promover el intercambio cultural, comprender nuestra identidad y la de los otros, un tema bastante complejo. Si queremos lograr estos objetivos necesitamos comprender la cultura del otro dejando de lado el pragmatismo y el materialismo para entender de forma realista la lógica del otro, es decir, llevar a cabo un dialogo interlingüística. De lo contrario, será imposible llegar a un consenso general en muchos puntos.
Wang Wen: Puedo decir que su teoría del “Gran Eurasianismo” ha influido en la política exterior rusa y es por eso muchos dicen que usted forma parte del consejo personal del presidente Putin o que incluso que es “el cerebro de Putin”; incluso existen quienes aseguran que usted es el puente entre Putin y Trump. ¿Qué piensa de eso?
Dugin: Soy partidario de Putin y creo que tenemos ideas muy similares, pero no tengo un trato personal con él. Solo puedo decir que conozco al pueblo ruso y su historia mucho mejor que nadie más. Quizás resulta poco humilde afirmar esto último, pero siento un profundo amor por mí pueblo y por eso considero que comprendo la lógica interna del mismo, así como las estrategias de la política exterior que está dispuesto a apoyar.
Wang Wen: ¿Quiere enviarle algún mensaje a los jóvenes chinos?
Dugin: Si quieren entender el mundo, primero deben convertirse en auténticos chinos. Si no te conoces a ti mismo, jamás serás capaz de entender a los otros. Además, la falta de confianza e identidad propia imposibilita la capacidad para entender la identidad de los otros países y el futuro multipolar. Por eso resulta indispensable comprender nuestro interior si queremos comprender el mundo exterior.
(Zhang Huimin张慧敏, de la Universidad de Moscú, y Feng Shide冯士德, de la Academia de Ciencias de Rusia, participaron en el diálogo e hicieron una revisión preliminar del contenido del mismo)
Editor responsable: Liu Xiaoyun 刘啸云