Por Zonafrank
El pasado 11 de noviembre el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó por abrumadora mayoría que se realice una investigación externa al secretario general, Luis Almagro, sobre presuntas faltas éticas en las que habría incurrido al mantener una relación íntima con una de sus subordinadas, según reporte de Independent.
Treinta países miembros de la OEA, incluyendo a Estados Unidos, México y Uruguay, votaron en favor de que una compañía externa investigue las denuncias de que Almagro pudo haber violado el código de ética interno.
Al parecer, Almagro se ha convertido en un estorbo para el gobierno de EEUU, cuyo representante ante la OEA, Frank Mora, ya trabaja para sustituirle, según reveló en un trino en twitter el periodista Katu Arkonada.
🇺🇸🇺🇸 CONFIDENCIAL 🇺🇸🇺🇸
— Katu Arkonada (@KatuArkonada) November 11, 2022
Mis fuentes en Washington me informan que el Secretario General @Almagro_OEA2015 ya se ha convertido en un estorbo para el gobierno de @POTUS
El representante de EEUU ante la @OEA_oficial, Frank Mora, ya trabaja para sustituirle.
Abro hilo 🧵 pic.twitter.com/NZ8duK0jhm
El nefasto personaje ha contribuido en los últimos años a profundizar el descrédito de la OEA a nivel latinoamericano, utilizando al organismo, una vez más, como instrumento político operado desde Washington.
Además de su “affaire” con la mexicana Marian Vidaurri, otros motivos de mayor peso incidirían en la sustitución del Secretario General, como el “no” fraude en Bolivia (avalado por la OEA) que provocó un golpe de Estado y la condena por difamar al brasileño Paulo Abrau de la CIDH.
No es de extrañar que puertas adentro de la OEA haya un estado de opinión negativo generalizado y un motín de los empleados contra Almagro, que piden su salida, como señala Arkonada. Sobre la relación amorosa con su subordinada mexicana, parece constatarse que ha violado el código de ética de la propia organización, potenciando de manera ilegal la carrera de Vidaurri, lo que ha generado malestar y desconfianza.
Voces como la del canciller mexicano Marcelo Ebrard han sido contundentes sobre la implicación de la OEA en el golpe de estado en Bolivia, señalando de «muy dudosas y cuestionables actuaciones para intervenir en procesos internos».
A ello se suma la prevaricación para intervenir y tratar de impedir la ratificación de un segundo mandato al brasileño Paulo Abrau, Secretario Ejecutivo de la CIDH, lo cual fue denunciado por el Grupo de Puebla, que además pidió la renuncia de Almagro «por haber violado normas internas, no haber respetado el Estatuto de la CIDH, violación del debido proceso, el derecho de defensa y la presunción de inocencia y difamación».
Sobre el tema, señala Arkonada que Estados Unidos no tiene amigos permanentes, sino intereses permanentes, por lo que todo indica que la decisión de sustituir a Almagro ya está tomada. El debate está en buscar una fecha temprana para ello. Su caducidad está definida.
Poco tienen los latinoamericanos que esperar de la OEA y por tanto tampoco del nuevo personaje que sustituya a Almagro, tal vez menos dañino y despreciable, eso sí. Sin embargo, los cambios que se produzcan en la OEA van a tener repercusiones “en una región que vira hacia la izquierda, y en unos EEUU que ya miran a las presidenciales de 2024”.