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Este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo pública su declaración al término de la misión sobre la Consulta del Artículo IV correspondiente al 2019 que desmienten el discurso catastrofista de los agoreros de la derecha y pronostica que el país saldrá de la crisis provocada por el fallido intento de golpe del año pasado.
Este juicio es importante, viniendo de una institución que no es conocida ni por su filiación cristiana, ni socialista ni solidaria.
El FMI proyecta que la economía se contraiga en 5.7 por ciento este año, 1.2% el año que viene y crezca poco más del 0% en 2021. Hay de decir que el informe de la institución para el año pasado pronosticaba una contracción del 4.0% cuando en realidad resultó ser del 3.8%.
La Prensa, el diario de la oligarquía golpista, dice que "el Fondo insiste en que el Gobierno debe trabajar para recuperar la confianza de los inversionistas..." (Punto 6 de la Declaración del FMI). Lo que esconde en un recóndito rincón de su artículo es que según el mismo Fondo, "Las fortalezas acumuladas ('buffers') y una respuesta decidida en materia de política macroeconómica por parte de las autoridades, frente a muy difíciles circunstancias, contribuyó a evitar un espiral económico y financiero descendente" (Punto 3).
Ni siquiera La Prensa puede esconder que con este juicio, el FMI "alabó las políticas macroeconómicas" del Gobierno, pero se cuida muy bien de relegar esa constatación al párrafo 8 de su resumen.
A propósito de esa confianza de los actores económicos, La Prensa interpreta que ésta es la de los empresarios (seguramente, los del Cosep, no la del 99% de los verdaderos empresarios del país que no están afiliados a la patronal golpista) y la de "la cooperación financiera internacional" (es decir, la de los países europeos y norteamericanos que financiaron el fallido golpe del año pasado y la que a través de la Nica Act veta todo financiamiento blando al país en los organismos controlados por los Estados Unidos).
En realidad, a lo que el FMI verdaderamente se refiere en el punto 6 es a la necesidad de restaurar "los flujos de financiamiento externo" en general, es decir que allí se comprenden, no solo los préstamos del propio FMI, afectados por la infame Nica Act que apoya La Prensa, y los préstamos de instituciones como el BCIE, sino también a los préstamos que el país contrae con la banca privada. Al respecto, y prueba irrefutable del éxito de la política gubernamental para restaurar esa confianza, tenemos el informe de la calificadora de riesgo Standard & Poors de la semana pasada, que mejoró la calificación de Nicaragua de negativa a estable. Esa calificación es la que le permite a Nicaragua acceder a otras fuentes de financiamiento no condicionadas políticamente.
Según La Prensa, "la misión (del FMI) insistió en que las autoridades deben divulgar las estadísticas económicas", como si de hecho no lo hiciera. No fue exactamente eso lo que dice el comunicado del FMI. Lo que esa institución dice (Punto 12) es que "Nicaragua necesita lograr mayor transparencia de las cuentas fiscales para poder evaluar mejor y gestionar los riesgos fiscales".
El Fondo en realidad "recibe con beneplácito las intenciones de las autoridades de continuar construyendo capacidades con la asistencia técnica del Fondo para mejorar la calidad y consistencia de las estadísticas" (Punto 14) y reconoce que "A partir de julio 2018, Nicaragua ha llevado a cabo reformas amplias al marco legal, incluyendo la adopción de una nueva ley de ALD/LFT y de una nueva ley para la Unidad de Inteligencia Financiera" (Punto 11), medidas que, dicho sea de paso, en su momento fueron rabiosamente criticadas por La Prensa y la derecha golpista en el país.
La Prensa cita correctamente que el FMI atribuye las cifras negativas de crecimiento para 2018 y 2019 a que "Los disturbios sociales de abril del 2018 y sus consecuencias han causado una abrupta contracción económica" (Punto 1) pero lo que no dice es que ella y el resto de la derecha en este país han sido férreos impulsores de esos "disturbios sociales" que en Nicaragua llamamos "intento fallido de golpe".
La Prensa también cita correctamente al FMI que llama al Gobierno a realizar reformas estructurales "para salvaguardar la sostenibilidad fiscal" y acto seguido se queja veladamente de que el organismo financiero en su comunicado no haya condenado ninguna de las reformas implementadas por el Gobierno a raíz del golpe, en especial la reforma fiscal, ni el hecho de que el presidente Daniel Ortega le haya dicho a los empresarios miembros del Cosep que insisten en no pagar impuestos, que eran libres de ir a la quiebra.
El FMI como institución está diseñado para mantener las reglas de un mercado mundial controlado por los Estados Unidos, pero por más que no le guste el color político del Gobierno sandinista, se ve obligado a admitir que el país se maneja muy bien en términos económicos y aplicando otras recetas que no son del agrado del Fondo. Una cosa son los deseos y otra la "maldita realidad".
La Prensa, que se ha pasado todo el último año y medio publicando titulares alarmistas sobre el estado de las reservas internacionales, se ve obligada a reconocer que según el FMI éstas no están para nada en un estado calamitoso (aunque sí recomienda que se aumenten, ver Punto 9), y que espera que éstas se incrementarán en 171 millones de dólares (Punto 2).
La Prensa menciona al pasar el juicio positivo del FMI sobre la situación del sistema financiero reflejado en el Punto 5 del comunicado de la institución. Allí se habla de la inyección de recursos públicos al sistema financiero, así como de medidas para reducir el encaje legal a los bancos y otras que, a pesar de las presiones sobre la economía ("la calidad de los activos", en lenguaje del FMI) y ganancias de los bancos, contribuyeron a que la economía no se saliera de control, lo que ayudó a ir deteniendo la fuga de capitales y mejorando los niveles de liquidez y solvencia de la banca.
En su resumen, La Prensa vuelve sobre el tema de la transparencia (Punto 12) pasando por alto que las recomendaciones del FMI son claramente sobre un trabajo en el que Nicaragua ha hecho importantes progresos.
La Prensa se refiere al pasar a la sugerencia del FMI de que Nicaragua avance en el tema de las políticas anticorrupción y antilavado, y lo hace porque este periódico-partido golpista ha sido, junto con el resto de la derecha, un férreo opositor de todas las medidas en ese terreno que ha impulsado el Gobierno sandinista a partir de las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera (GAFI), entre ellas la formación de la Unidad de Análisis Financiero y la investigación de escándalos como las acusaciones al Banpro de lavado de activos del narco.
La Prensa se queja amargamente sobre los puntos a los que el FMI no hace referencia en su comunicado, como "la situación financiera del Instituto Nicaragüense de Seguridad, el impacto de la reforma a la Ley de Concertación Tributaria, el impacto de la disputa del Gobierno y la empresa privada, entre otros aspectos".
El FMI no se refirió directamente a esos temas porque, al contrario de lo que rutinariamente sostiene La Prensa, no han tenido un efecto directamente negativo en la situación macroeconómica del país. El Estado no está en quiebra, mantiene su capacidad de pago y moviliza sus recursos de modo que el país pueda salir adelante y retomar la senda del crecimiento sin dejar a nadie atrás.