Stephen Sefton, Tortilla con Sal.
" Vamos con la lluvia,
tengo una sonrisa en mi cara.
Camino por el sendero
con un feliz estribillo
Sólo cantando,
cantando bajo la lluvia.
Bailando bajo la lluvia,
soy feliz de nuevo.
Estoy cantando
y bailando bajo la lluvia "
- Gene Kelly - Singing in the Rain
Sólo la inercia ideológica más
perversa explica la estupidez, incompetencia y criminalidad de la
actual política exterior de EE.UU. hacia Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Estúpida por estar basada en la demente visión mesiánica del Siglo XIX del Destino Manifiesto
y de la Doctrina Monroe, los EE.UU., en el caso de Nicaragua, ha
aplicado durante 40 años esencialmente las mismas políticas infructuosas
que han fracasado durante 170 años, desde la derrota de William Walker.
Ahora, las autoridades de los Estados Unidos han retomado donde lo
dejaron tras el histórico fallo de 1986 de la Corte Internacional de
Justicia que condenó la agresión terrorista de los Estados Unidos contra
Nicaragua.
Habiendo ya reanudado las medidas coercitivas unilaterales ilegales
contra la economía de Nicaragua, el gobierno de los Estados Unidos está
ahora complementando su agresión económica de manera abierta con un
programa destinado no sólo a suplantar al gobierno sandinista de
Nicaragua sino, en última instancia, a destruir el sandinismo como un
movimiento político viable. Quieren convertir Nicaragua en Bolivia.
La semana pasada, la Radio La Primerísima de Managua reveló el contenido de un documento de la USAID
con los detalles de este próximo esfuerzo del gobierno de los EE.UU.
para lograr el cambio de régimen en Nicaragua. El documento esboza los
principales elementos de un programa llamado "Responsive Assistance in
Nicaragua (RAIN)" (el acrónimo inglés es igual a la palabra para
"lluvia"). Como si estuviera diseñado para fracasar a proposito, el
pensamiento detrás de RAIN es una proyección tecnocrático yanqui en
prácticamente todos los sentidos, engreído, superficial, egoista, inane.
Sus premisas son irracionales desde el principio, parecen como la
receta de un alquimista, perdida en detalles espurios, ajenos a su
absurdo demencial.
Otros escritores como Brian Willson, Wiston López, Ben Norton, John Perry and Nan McCurdy
han hecho excelentes análisis del documento de la USAID y de lo que
significa. Señalan que, a corto y mediano plazo, el plan preve un
probable fracaso, porque los planificadores de la USAID reconocen que el
Frente Sandinista (FSLN) probablemente ganará las elecciones nacionales
en 2021. Esa probabilidad quedó muy clara esta semana con la
publicación de una encuesta de opinión
de la ampliamente respetada empresa consultora MyR que muestra un apoyo
político al FSLN del 50% y a la oposición del 10%. En este contexto,
RAIN es claramente un plan para la próxima década, estableciendo una
unidad permanente de desestabilización en el país para gestionar,
coordinar e integrar mejor las actividades de cambio de régimen abiertas
y encubiertas, tanto internas como externas.
Este aspecto del documento sugiere que incluso los
monstruos-en-forma-humana que dirigen los programas de terror de la
política exterior de los Estados Unidos reconocen que Nicaragua no puede
ser destruida, saqueada y mal administrada como hasta ahora lo han
hecho en Haití u Honduras. Aún así, el plan subestima el nivel de cambio
político y social traumático necesario para que funcione, lo cual es
poco probable que se logre con las técnicas convencionales de EE.UU. de
ablandar a los países para luego derrocar a sus gobiernos. Un signo de
ello es la forma en que el plan ignora la profunda fuerza patriótica y
la robusta visión democrática de la Constitución de Nicaragua de 1987, que ni siquiera los 17 años de gobiernos neoliberales dirigidos por los Estados Unidos entre 1990 y 2007 lograron debilitar.
Esta falta de sentido de la historia y la consiguiente incapacidad de
entender el sandinismo, junto con la pésima sentido táctico del momento
justo y la mal eleborada estrategia, son características perdurables del
fracaso de la política exterior de los Estados Unidos en Nicaragua. Los
estrategas de la política exterior estadounidense pensaron que el FSLN
estaba acabado después de perder las elecciones de 1990. Creyeron que
los títeres de la derecha local de los EE.UU. tenían una mayoría
electoral estructural a largo plazo e inexpugnable. Estaban equivocados.
Luego, pensaron que el gobierno sandinista de Nicaragua sucumbiría a la
crisis de 2008-2009. Se equivocaron de nuevo. Gracias en gran parte al
Comandante Hugo Chávez y al ALBA, el gobierno del Presidente Daniel
Ortega salió fortalecido y ganó fácilmente las elecciones nacionales de
2011 con una gran mayoría en la legislatura también.
Luego, en 2018, los mismos desgastados svengalis de la política exterior
de los Estados Unidos pensaron que podrían acabar con el sandinismo en
Nicaragua si pudieran cooptar a la juventud, amenazar y extorsionar a la
gran empresa privada, usar a las ONG y la Iglesia Católica como armas
ofensivas y montar en escala industrial una campaña de mentiras al
estilo de un blitzkrieg en las redes sociales. Otra vez se equivocaron.
Ahora el Frente Sandinista es tan fuerte como siempre, a pesar de los
complejos problemas provocados por la pandemia COVID-19. El plan RAIN
continúa con el patrón disfuncional de la siniestra desvarío de la
política exterior estadounidense basándose en la falsa premisa implícita
de que los EE.UU. pueden asegurar un resultado más exitoso que en 2018,
si tan sólo pueden consolidar, realzar y perfeccionar mejor su quinta
columna no gubernamental, mediática, empresarial, religiosa y política
en Nicaragua. Persiguieron ese fuego fatuo desde 2006 hasta 2018 y
terminaron vencidos, como lo han estado desde 1998 en Venezuela y desde
1959 en Cuba.
Aun así, el marco de referencia fantasioso del documento de la USAID sigue reflejando el narcisismo de la falsa propaganda
de la Embajada de los Estados Unidos de América de que Nicaragua es una
dictadura infeliz con una economía en decadencia y servicios públicos
inadecuados. Sin embargo, incluso una mirada por la ventana de la
embajada de EE.UU. en Managua muestra lo contrario: una nueva
infraestructura, una vibrante vida comercial y un medio ambiente limpio.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU acaba de informar
que mientras el resto de América Latina y el Caribe están sufriendo
drásticas caídas en sus exportaciones, Nicaragua ha visto un notable
aumento del 14% para el período hasta mayo de este año en comparación
con el 2019. El informe señala que "Nicaragua capitalizó el aumento del
precio del oro y de los volúmenes de los productos agrícolas y ganaderos
exportados (entre ellos el café, la caña de azúcar, el frijol y el
tabaco)".
Si uno elija un sector, cualquier sector, de la vida nacional, allí el
equipo de gobierno del Presidente Daniel Ortega tendrá un claro y
decisivo política que responde eficazmente a las necesidades de ese
sector dentro de las limitaciones presupuestarias de un pequeño y
empobrecido país de 6,5 millones de habitantes sujeto al ataques
económico de los Estados Unidos. ¿Cobertura de electricidad? Mira aquí. ¿Competitividad? Mire aquí. ¿Telecomunicaciones? Aquí. ¿Acceso al agua potable? Lea esto. ¿Agua y saneamiento rural? Mira aquí. Capacidad de defensa civil? Aquí. Capacidad de los gobiernos municipales? Aquí. ¿Desarrollo de la infraestructura? Mira aquí, aquí y aquí y lee esto y esto. ¿Tecnologías geocientíficas? Aquí. ¿Innovación? Lea esto. ¿Educación? Lea esto, esto, esto y esto, así como esto y esto. ¿Salud pública y COVID-19? Mira aquí y aquí y lee esto y esto.
¿Defendiendo la economía popular? Aquí. ¿Defendiendo la familia, la juventud y la niñez? Aquí. ¿Seguridad ciudadana? Mire aquí. ¿Política policial comunitaria? Aquí.
¿Qué hay del gasto social general? ¿Seguramente eso debe haber sufrido
por motivo de la debacle económica descrita por el Departamento de
Estado de EE.UU? No, en absoluto, mira aquí. ¿Producción de alimentos y seguridad alimentaria? Lea esto y esto y mire aquí, aquí y aquí. ¿Y no es Nicaragua un país sin esperanza para el medio ambiente? No seas ridículo. Mira aquí, aquí y aquí y lee esto.
¿Y no es la propiedad y la seguridad de los títulos de propiedad un
caos, especialmente para los pueblos indígenas? También absurdo, mira aquí.
Todas estas políticas reflejan el enfoque del programa histórico del
Frente Sandinista sobre la realización de los derechos de la persona
humana, para todos las personas que viven en Nicaragua, actualizado y
llevado a cabo con éxito a pesar de grandes dificultades. Hacen que las
falsas afirmaciones de las autoridades estadounidenses y los mercenarios
perdedores de la oposición nicaragüense, a quienes los Estados Unidos
han financiado durante más de una década con decenas de millones de
dólares, parezcan completamente fuera de lugar. La última encuesta de MyR
muestra que más del 80% de las y los nicaragüenses desearían que el
país volviera a su situación antes de 2018 y el 67% de la gente piensa
que Nicaragua está volviendo a la senda de reanudar el progreso que
disfrutaba antes del violento y fallido intento de golpe de Estado de
ese año.
Pero, ¿no es la libertad de expresión bajo un ataque implacable en
Nicaragua como se proclama libremente todos los días por el Canal 10, el
Canal 12, el Canal 23, 100% Noticias, Radio Corporación, la Prensa,
Confidencial y una plétora de emisoras locales de radio y televisión por
cable? Um... seguramente algún error lógico aquí... ¿Y no le temen
todos a la policía represiva de "Putin, Assad, Castro, Maduro, Gaddhafi... seguramente la caricatura está aquí en alguna parte...
Ortega!"? Bueno, según la investigación de MyR, el 62% de los
nicaragüenses piensan que su policía es altamente profesional. El 62% de
la gente piensa que hay un alto nivel de respeto por la libertad de
expresión y los derechos humanos y la proporción de personas que piensan
en emigrar ha bajado del 45% en abril de 2019, el punto más bajo del
impacto económico del fallido intento de golpe de estado de 2018, al 28%
actual. De hecho, miles de nicaragüenses han estado desesperados por regresar a Nicaragua después de haber encontrado su situación insostenible en el extranjero durante la pandemia.
El gobierno de los Estados Unidos ha fracasado notoriamente en
satisfacer las necesidades de su propio pueblo durante la actual
pandemia, pero todavía puede encontrar dinero para intentar destruir un
pequeño país cuyo éxito hace que la política social, económica y
medioambiental de los Estados Unidos parezca arbitraria, negligente y
criminal. Después de 170 años, la clase dirigente de los Estados Unidos
no tiene nada que olvidar de Nicaragua porque en todo ese tiempo no ha
aprendido nada. De todos modos, lo único que realmente necesitan saber es
esto: el Frente Sandinista planifica su trabajo, ejecuta su plan y
luego... vencen, porque defienden con pasión los intereses del pueblo
nicaragüense y de la Patria Grande.
En este momento, Nicaragua se encuentra en medio de una temporada de
lluvias que ha bendecido al país con lo que parece ser una abundante
primera cosecha con fuertes indicios para el momento de una buena
cosecha postrera y una buena cosecha de apante también, más adelante en
el año. Junto con todos sus otros extraordinarios logros, es por eso
que, ahora por lo menos, Nicaragua está cantando, bailando y cantando
bajo la lluvia...