Por Centro Regional de Estudios Internacionales, CREI.
El domingo 11 de julio, hace exactamente un año, piquetes de protestas aisladas, algunos de ellos violentos, tuvieron lugar en una docena de puntos focalizados de Cuba, supuestamente por la alarma ante un repunte de los casos de coronavirus, así como la falta de alimentos y problemas con el servicio eléctrico.
En todos esos puntos y en cientos de páginas web y cuentas en las redes sociales, a la misma hora, se repitió la misma consigna con las mismas palabras: “Cuba Decide” el eslógan favorito de ciertos grupos financiados desde Washington, Miami y las capitales europeas.
La inconfundible firma de marca de los organismos imperiales de injerencia, tanto de Estados Unidos como de países de la Unión Europea, era demasiado obvia para cualquier ojo medianamente entrenado: Dinero y discursos de la NED, el IDI, el IRI, la USAID, las fundaciones del magnate George Soros y de organismos europeos para la "cooperación" el "desarrollo" fluyeron en esos días (como lo siguen haciendo) en apoyo a los elementos golpistas y delincuenciales tras las mal llamadas "expresiones de descontento" en Cuba.
Lo que comenzó como una serie de protestas falsamente espontáneas pronto se convirtió en una campaña mediática global con las consabidas exigencias de "cambio de régimen" y "libertad" para el pueblo cubano. Dentro de Cuba, el eventual apoyo que momentáneamente pudieran haber tenido esas protestas se desinfló en un instante, tan pronto los hilos del imperio se hicieron visibles para el pueblo.
Para nosotros en Nicaragua lo que estaba sucediendo en Cuba no fue ninguna sorpresa y lo denunciamos ampliamente en su momento. Este guion golpista de factura estadounidense fue un calco del que se aplicó en este país en el año 2018 y que fue derrotado por el pueblo y el Gobierno sandinista bajo la conducción del comandante Daniel Ortega Saavedra.
Afortunadamente, gracias a la conciencia del pueblo cubano, a la sabiduría de su máxima dirigencia, y al hecho de que las experiencias de derrotar "revoluciones de colores" imperiales en países revolucionarios hermanos como Nicaragua y Venezuela fueron ampliamente estudiadas en Cuba, esta intentona del imperio, que habría culminado en una guerra sangrienta, fue derrotada.
Cuba y su pueblo enfrenta una situación muy difícil ante el recrudecimiento del ya sexagenario y criminal bloqueo estadounidense en una coyuntura marcada por el desmoronamiento de la influencia de Estados Unidos a nivel global. En estas condiciones, nada hay más peligroso que una bestia imperial herida de muerte, y no sería aventurado pensar que los Estados Unidos podrán estar dispuestos a repetir en Cuba la fracasada aventura del año pasado.
Como la agenda golpista es rechazada por la inmensa mayoría de los cubanos, su puesta en práctica significa la legitimación de alguna forma de intervención militar directa en el vano intento de imponer en el Caribe la caduca y despreciable doctrina Monroe.
Desde Nicaragua, no nos cansaremos de alertar que el surgimiento de un nuevo Orden Mundial Multipolar es una realidad que se va materializando día a día y con ello también la posibilidad de que en el imperio se impongan agendas aventureras que busquen dar marcha atrás al curso de la historia.
Estamos convencidos de que el pueblo cubano sabrá derrotar todos y cada uno de los intentos golpistas del imperialismo. Los pueblos de América Latina y el mundo estamos atentos y haremos todo para impedir que esos intentos tengan éxito.