Por Gilberto Ríos Munguía (*)
(Foto: El Libertador / Kaos en la Red) |
La nueva ola de movilizaciones populares comenzó en Honduras la última quincena del mes de abril, la causa fue la introducción en el Congreso Nacional de un decreto de reestructuración administrativa de los sectores de salud y educación pública, mismo que tenía la intención manifiesta de revisar presupuestos, contratos permanentes y temporales de miles de médicos y decenas de miles de maestros del sistema nacional.
Los días viernes y sábados desde hace un par de meses se convoca a la ciudadanía en varias ciudades del país, a salir a las calles con antorchas, pancartas, banderas de Honduras y mantas que denuncian los altísimos niveles de corrupción e impunidad que sufre la administración pública, aumentando significativamente la asistencia de ciudadanos /as en las últimas semanas, por los nuevos escándalos en los que funcionarios del gobierno se ven involucrados sin que el sistema de justicia nacional o lo aparatos internacionales que los acompañan, tengan avances significativos.
Por su parte, los estudiantes aglutinados /as en el Movimiento Estudiantil Universitario, han sostenido una protesta permanente por su propia agenda, demandando democracia interna en la UNAH, educación de calidad, pública, laica y gratuita e identificados protestando también por la agenda nacional y las amenazas de profundización del neoliberalismo.
A su vez empleados /as del Instituto Nacional de Formación Profesional INFOP, bajo amenazada de privatización, se han incorporado a las movilizaciones de los demás gremios y sectores sociales, exigiendo el respeto a las instituciones públicas y especialmente a frenar el proceso iniciado de revisión de presupuesto y personal dentro de su propio espacio de trabajo.
La presión del Estado por disminuir el gasto público proviene de la pésima administración de los recursos nacionales y de los altísimos nivel de saqueo de las instituciones, a esto se le suma una deuda externa que ha crecido en 10 años cuatro veces su tamaño, acercándose a los dieciséis mil millones de dólares (USD $ 16,000,000,000), es decir más de trecientos ochentaicuatro mil millones de lempiras (Lempiras: 384,000,000,000), teniendo esto apenas una incidencia decimal en el porcentaje de pobreza que se eleva a más de 64%, según cifras oficiales.
Los pagos a los organismos financieros por servicio de deuda, especialmente con el Fondo Monetario Internacional, se aproximan a devorar el 50% del presupuesto general. Ante la incapacidad financiera del Estado, el FMI ha sugerido los despidos y recortes en el presupuesto de salud y educación, aún y cuando año con año –luego del golpe de estado de 2009- han seguido en disminución en contraste a un aumento del presupuesto de Seguridad –con una carísima y minúscula incidencia positiva en los índices de violencia que vive el país. (También según cifras oficiales que hacen dudar si se compara con las crónicas de prensa que reportan un elevado número asesinatos, femicidios y masacres, entre otras formas de violencia).
Esta es una revisión bastante superficial de lo que realmente ocurre en Honduras, donde una élite ligada al narco tráfico y apoyada por el gobierno norte americano, ha instalado una dictadura de nuevo tipo, con fachada civil, altísimos niveles de corrupción y violencia selectiva de variada gama contra la oposición política y de las organizaciones sociales.
No obstante, durante las últimas semanas y especialmente a partir de este lunes, hemos denotado un resurgir de manifestaciones masivas a nivel nacional que configuran cualitativamente un movimiento social nuevo, diferente en muchas de sus características tradicionales y que se ha puesto por objetivo la derogación de decretos ejecutivos nacidos con el golpe de estado, que permiten la criminalización de la protesta y también los despidos masivos de los gremios; datan justamente de los años en que se mantenían protestas regulares contra el régimen (2011 2013). Con esta vitoria se podrían en vigencia las leyes del Estatuto del Docente y del Gremio Médico que protegen sus derechos.
Aunque en apariencia las demandas son reivindicativas, en las movilizaciones se manifiesta el deseo por el fin del régimen, por la salida del gobierno de Juan O. Hernández, sobre estas demandas la sustancia que se está cocinando en las calles como resultado de una gran crisis económico – social, muy probablemente genere el surgimiento de un nuevo sujeto de Coordinación de las acciones, que sintetice el conjunto de todas las demandas: el ansiado cambio político en el país.
(•)Dirigente del Partido Libertad y Refundación.
http://elpulso.hn/nuevo-sujeto-social-en-construccion/