Actividad electoral en la comunidad indígena de Sutiaba (Foto: Gentileza de Camilo Báez) |
Sutiaba es una comunidad indígena muy importante en Nicaragua y junto con la de Monimbó en Masaya, son las más grandes del Pacífico. La comunidad ocupa el sector oeste de la Ciudad Universitaria y tiene un importante casco urbano así como un también importante sector rural.
Cabe mencionar que en lo que a procesos electorales respecta, los de la Comunidad Indígena de Sutiaba son mucho más modestos que los de las regiones de Caribe, que involucran a más de 100 mil votantes.
El total de inscritos fue de casi 4 mil, más que los cerca de 3,200 de las pasadas elecciones en 2017. De los inscritos, votó el 90% comparado con cerca del 75% en las elecciones de hace dos años. Pese al boicot de los candidatos de la derecha aumentó sustancialmente, tanto el número de electores, como el de votantes.
En los comicios participaron tres ternas (listas), todas en apoyo al actual modelo de Gobierno y de sensibilidad sandinista aunque con diferentes énfasis. La terna "Punche de Oro Triunfa" se centró más en la necesidad de rescatar el barrio y mantener las tradiciones culturales; la terna "Xochilt Adiact", que resultó ganadora, presentó un perfil más parecido al que tiene el partido en cualquier otro departamento del país y la tercer terna, la "Cacique Adiact Vive", que insistía más en la necesidad de de avanzar en la inclusión y la reconciliación.
El histórico dirigente Roger Montoya, Ganador de los comicios (Foto: Gentileza de Camilo Báez) |
De estas tres ternas salió victoriosa Xochilt Adiact, comandada por el histórico dirigente Roger Montoya con 2,173 votos seguida de 1,079 votos para "Cacique Adiact Vive" y 331 votos para "Punche de Oro Triunfa". Los votos nulos fueron menos de 100.
La realización de las elecciones de la comunidad indígena sin alteraciones, en un ambiente de paz en el que no faltaron debates constructivos entre los candidatos y según el calendario electoral establecido son claro un indicador de que la derecha no tiene políticas propositivas que ofrecer, y de que los grupos que tuvieron trancado el barrio el año pasado no son más que bandas de delincuentes con mínimo arraigo en la comunidad.
Si el ambiente en Sutiaba fuera el de una "insurrección popular" contra el Gobierno no se habría podido llevar a cabo un proceso electoral con actos y reuniones en cada uno de los barrios y comunidades, con 29 lugares de votación diseminados en todo el casco urbano y en el sector rural, etcétera. La comunidad habría estado militarizada, cosa que cualquier visitante puede comprobar que es algo totalmente ajeno a la realidad.
Es cierto que en Sutiaba viven como 50 mil habitantes, de los cuales decenas de miles son mayores de 16 años y por lo tanto están habilitados para votar, pero claramente la apatía por la política de la comuna indígena no es nueva, viene desde hace mucho tiempo. En esa misma comunidad, cuando hay elecciones nacionales los niveles de participación son mucho más altos. Claramente, una gran cantidad de la gente ve importante la política nacional pero a los asuntos propios de la comunidad indígena no les da la misma relevancia.
Ciertamente debe ser -y lo es- un motivo de preocupación para el Frente Sandinista y para las y los sandinistas de Sutiaba que haya tan poco interés por el tema de las autoridades indígenas - un fenómeno que tiene múltiples causas, desde las históricas, culturales e ideológicas hasta la polarización inducida por ONG y grupos de derecha que financian actividades que nada tienen que ver con los verdaderos intereses de la Comunidad.
Ante esta situación, el Frente Sandinista de hecho es la única organización con la voluntad y la capacidad de "reinventar" su política y aumentar la participación popular - es algo que hace todos los días. Sin embargo, los dirigentes de la derecha, empeñados en su agenda destituyente y oportunista, lo único que hacen es perder influencia todo el tiempo.
Este tipo de actitudes como el utilizar el tema de los derechos indígenas como plataforma para llamar a la subversión contra el Gobierno nacional es una agenda destinada al fracaso. La han implementado con el tema de los derechos de las mujeres, con el tema del medio ambiente y con un sinnúmero de otros temas.
Por el contrario, el trabajo de hormiga, la gestión de todos los días, pegado a la realidad de los sectores populares, es la especialidad del Frente Sandinista, por eso es experto, como decíamos hace muchos años, en llenar plazas. Y por eso, los que ayer no pudieron, tampoco podrán mañana.